Este mes nos tomamos nuestro Té de las 5 preguntas con Myriam Fabregat, del blog Nosaltres 4 viatgem. Myriam es una viajera empedernida y junto a su pareja y sus dos hijos rompieron el hielo viajero en familia en el 2013, lanzándose a una aventura de 6 meses desde Tierra de Fuego a las Galápagos.
Ahora aprovechan la más mínima oportunidad para patearse a fondo todo tipo de lugares, ya sean más lejanos, más cercanos, urbanos, rurales… El caso es disfrutar viajando.
Otra de sus grandes pasiones es la educación; Myriam trabaja como profesora de instituto y es una convencida de la reforma del sistema desde dentro.
Myriam, es una gran alegría tenerte por aquí. Cuéntanos…
1. ¿Qué té o infusión te pides?
No es fácil elegir porque soy muy de infusiones calentitas en invierno y frías con hielo en verano. Soy una habitual del té negro con una nube de leche y sin azúcar. Cuando estoy acompañada me encanta el té moruno con poco azúcar y adoré el chai-latte especiado y bien cremoso que tomaba en las cafeterías de Estocolmo cuando buscaba reconfortarme del frío de la calle.
2. ¿Una anécdota de algún viaje en familia…?
Para nosotros, aunque hay muchas anécdotas entrañables, hay una especial por ser un momento de dificultad que es la anécdota de “la casa apestosa”. Fue a nuestra llegada a Puerto Williams, en Isla Navarino, al sur del Canal Beagle en la región antártica de Chile.
Tras una navegación de dos días llegamos casi a medianoche en un momento de mucho viento y lluvia. Habíamos alquilado una pequeña casita para pasar doce días en aquella isla alejada de todo. Cuando nos recibieron en aquel lugar y entramos… la decepción fue mayúscula: desorden, suciedad… Pau y yo nos miramos intentando disimular ante nuestros hijos de apenas 2 y 4 años. Les pusimos a dormir en nuestros sacos de dormir evitando que tocasen las sábanas de aquellas camas…
A la mañana siguiente, antes de que despertasen, salió el coraje que en otra ocasión hubiera quedado oculto y me fui a buscar en aquel pequeño pueblecito algún alojamiento alternativo. El barco no regresaba hasta una semana después y nuestro plan era cruzar el canal hasta Ushuaia doce días más tarde. No fue fácil, cuando casi había pensado que no encontraría nada, a través de la puerta del Hostal Miramar percibí un lugar sencillo pero acogedor. Entré y allí estaba un señor encantador, Iván, con una sonrisa deliciosa. Le expliqué nuestra situación y en seguida se ofreció a alojarnos.
Cuando regresé a aquella casa, Ernest ya estaba despierto, me miró y me dijo: “Mamá ¿nos vamos a quedar en esta casa apestosa?”. Y claro, le dije que no.
Nos cautivó su sensibilidad, su capacidad para captar las emociones y sensaciones a pesar de que los adultos “habíamos intentado disimular”. Desde siempre me ha admirado la capacidad de los niños para captar las emociones, la bondad o la incertidumbre y, para nosotros, son siempre nuestro mejor sistema de alerta o de confianza hacia el prójimo.
3. Si pudieras viajar en el pasado y hablar con tus padres, ¿les pedirías que hicieran algo diferente?
Quizá si, claro que hay cosas que cambiaría pero no me siento con derecho para pedírselo. Creo que las personas actuamos en base a muchas circunstancias y situaciones que no podemos juzgar y menos mirando al pasado. Pienso que podemos dirigir nuestro presente y orientar nuestra vida hacia el futuro, pero también creo que podemos redefinir nuestro pasado. Vivir en positivo nuestro pasado como un aprendizaje incluso de los momentos grises.
El cambio está en nososotros mismos, no en los demás. El crecimiento es personal y responsabilidad de cada uno. No creo que exigiendo a los demás cambios vayamos a ser más felices. El cambio está en nosotros. Debemos aprender a vivir con las personas que nos acompañan, entenderlas si somos capaces y, si no nos es posible, dejarlas seguir su camino y, nosotras, seguir el nuestro.
4. ¿Cuál es el paso más importante que has dado en tu vida laboral?
Creo que al acabar la carrera en la universidad. En pocos meses encontré trabajo en un laboratorio y pocos meses después un contrato fijo. Trabajé muy feliz pero tras unos 20 meses el trabajo era monótono y aburrido. Ya no me aportaba nada. Un día decidí dejar mi trabajo.
Casi nadie me entendió: ¿dejar un trabajo fijo? ¡qué locura! Casi exclusivamente mis padres me animaron y, mi jefe, cuando le comuniqué mi renuncia que me dijo “lo estaba esperando, tú necesitas seguir creciendo”. Y así fue. Esos pasos cuando somos jóvenes son determinantes para no vivir atados. Ese paso me abrió un periodo de vida con muy pocos recursos económicos pero muchas opciones de aprendizaje, becas para viajar y un periodo de vida maravilloso de independencia que forjó mi personalidad.
5. Libertad para ti es…
Depender de pocas cosas. La libertad y la felicidad es no es tener mucho sino necesitar poco. Es cierto que mi situación personal en este momento es cómoda y segura por lo que puede ser una contradicción pero intento vivir con esta máxima. Acumular poco, disponer de tiempo y disfrutar con lo que hago cada día.
Como profesora me siento afortunada por acompañar a mis alumnos y alumnas adolescentes en unmomento vital tan importante. En mi vida he tejido la red cotidiana que me permite transitar feliz. Los compromisos adquiridos son consecuencia de mi capacidad de elegir en libertad. Si no fuera así, cambiaría de vida.
¡Muchas gracias, Myriam, por participar en El té de las 5!
Si queréis seguir las andanzas de Nosaltres4viatjem podréis encontrarles en en su blog y en su cuenta de instagram.
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