La idea de viajar sigue reduciéndose para muchos a esos días al año en los que eliges un destino lo más turístico posible y te lanzas desesperado a tus “merecidas vacaciones”. Sin embargo, resulta que algo ha cambiado desde aquellos tiempos.
La realidad es que hoy en día visitar países exóticos ha dejado de ser algo que solo se podían permitir algunos privilegiados, para convertirse en algo más o menos asequible para la mayoría.
Ofertas, planes de pago, más información acerca de los destinos que visitamos y, por lo tanto, más posibilidades de organizarse sin que se te haga un mundo. Todo ello hace que, el que más y el que menos, pueda permitirse algún viaje cada cierto tiempo.
Sin embargo, de lo que hoy te quiero de hablar no es de eso, no es de cómo montarte un viaje chulo el próximo verano (recuerda que aquí estás en el blog Irabela’s :-)), así que si es lo que estás buscando, este no es el artículo que buscas.
Lo que te voy a contar es cómo vivir viajando, cómo lo hemos hecho nosotros (aquí te hablábamos de nuestra toma de decisión y primeros pasos) y por qué puede ser incluso ventajoso para ti.
A muchos nos pasa por la cabeza la idea de coger todos nuestros bártulos, venderlos o guardarlos en un trastero. Te lías la manta a la cabeza y te lanzas a conocer el mundo, a vivir un tiempo aquí y otro tiempo allá, pero… ¿cómo sería esto posible?, ¿de qué viviría?
Son muchas las preguntas que se arremolinan en nuestra cabeza, sois muchos los que nos habéis escrito preguntando cómo se puede hacer esto, por eso quiero darte algunas ideas y decirte que sí, que es posible cumplir este sueño.
Sin duda puede dar mucho vértigo, de hecho lanzarte a viajar con tu familia tampoco es algo que aconseje si no tienes unos mínimos cubiertos.
Voy a explicarte cómo esos mínimos son fácilmente alcanzables y más aún cuando tienes una meta clara. Una vez los tengas, puedes ponerte en marcha mucho antes de lo que crees.
Son muchos los que prefieren retrasar la salida del país y los viajes a un momento más propicio, a cuando tengan más dinero… y cómo van a dejar el trabajo, ese trabajo en el que se sienten insatisfechos, pero que tanto les ha costado conseguir.
Al final resulta ser un círculo vicioso: pensamos que dependemos del trabajo para conseguir lo que necesitamos, y anhelamos el día en el que por fin seremos libres de hacer lo que realmente queremos. Pero, ¿sabes qué? Ese día no llegará nunca a menos que tú lo decidas, porque las supuestas necesidades no tienen fin.
Veamos pues, lo que debes tener en cuenta si estás decidido a conocer mundo.
Tu situación familiar
Una de las primeras cosas a tener en cuenta, es tu situación familiar. No es lo mismo que te dediques a viajar solo por el mundo a que lo hagas con tu pareja y tus hijos.
Todo es posible, pero tendrás que tener en cuenta aspectos muy distintos dependiendo del caso.
He conocido a mochileros por el mundo que viajaban gastando no más de 500 euros al mes incluyendo transportes, hospedaje y comidas. Hablando con ellos, llegamos a la conclusión que si se hubieran quedado en su país de origen, los gastos habrían sido mucho más elevados.
Como es lógico, si tienes familia necesitarás más dinero, pero aún así es posible hacerlo, sobre todo si eliges bien los destinos en los que te gustaría estar. Hay países en donde el costo del día a día es muy bajo.
Por ejemplo, en mi caso.
Nosotros somos una familia compuesta por 4 personas y hace un par de años decidimos empezar a movernos por el mundo.
Pensamos que para adultos y niños sería una experiencia única y lo planteamos como estancias de duración intermedia en países nuevos -que no habíamos visitado antes- y antiguos -otros por los que ya habíamos pasado antes pero queríamos conocer más a fondo.
El primer destino que elegimos para comenzar nuestra aventura, fue Tailandia. Hemos estado ya en dos ocasiones. Dos meses el año pasado y otros dos este año.
En 2017 pasamos una semana solo en Bangkok, demasiado estrés, y el resto en la isla de Koh Phangan. Después nos fuimos a Bali, donde disfrutamos del paraíso por un par de meses, haciendo una paradita rápida en Kuala Lumpur. Luego volvimos a territorio Europeo: Austria y Alemania.
Nuestro propósito era, obviamente, conocer los lugares que visitábamos, pero también relacionarnos con otras familias que estuvieran viviendo como nosotros y darles a nuestros hijos entorno en los que pudieran desarrollarse, disfrutar y empaparse del intercambio cultural que pretendía ser esta experiencia.
Paralelamente, para Isabel y para mi, era indispensable estar en lugares en los que pudiéramos trabajar, o sea, que tuvieran internet como mínimo, para así poder trabajar en nuestros proyectos online.
Aprendimos mucho de aquel primer año en movimiento y quisimos repetir en 2018 (muy motivados también por el frío del invierno en Europa). Mayor organización y sabiendo en dónde nos metíamos.
Como te decía, volvimos a pasar dos meses en Tailandia, comenzamos en Bangkok, decidimos ir al norte, a Chiang Mai y regresar a Koh Phangan, el lugar que conocíamos a la perfección.
Después nos fuimos a Malasia: Kuala Lumpur, Penang y Melaka y por último, unos días en Singapur.
Como veis, no hemos parado, hemos viajado bastante, hemos conocido un montón de gente y no somos ni más ni menos que nadie… o sea, que si nosotros hemos podido, tú también. Pero deja que te cuente un poco acerca de nuestros gastos.
Las finanzas
Cuando vivíamos en España, gastábamos unos tres mil euros al mes (después de algunos ajustes, eso sí, sin ellos nos acercábamos más a los cuatro mil).
Viajando, necesitábamos unos 2.000 euros para vivir los cuatro por el sudeste asiático (la contabilidad no es lo mío, pero algún día haré las cuentas y te contaré exactamente lo que costó).
Un gasto que a veces había que añadir eran los billetes de avión y los visados. Aquí es importante tener en cuenta que si vais a viajar por muchos países, vais a necesitar visados a menudo y esto, multiplicado por cuatro como es mi caso, es un gasto considerable.
Los vuelos una vez que has llegado a la zona por la que vas a moverte ya no son tan caros y si eres flexible en las fechas puedes encontrar muy buenas opciones. Aunque de nuevo, si sois cuatro, como nosotros, el precio puede subir rápidamente.
Siguiendo con el tema de los desplazamientos. Hay lugares en los que puedes moverte en tren o autobús, lo cual es bastante barato, o incluso puedes contratar un chófer por muy poco dinero.
En el Sudeste Asiático (y por lo que sé también en muchos sitios de Latinoamérica) te llevarán de aquí para allá encantados, puesto que la gasolina es muy barata y los sueldos son muy bajos.
Otra de las razones por las que nuestro presupuesto subía era porque solíamos consumir productos que no eran locales, como por ejemplo las manzanas. A nuestros hijos les encantan, pero eran de importación, así que ya te imaginarás el precio.
Ahorrar puede ser difícil con niños, porque necesitan un compromiso entre entregarse a lo nuevo, y mantener referentes conocidos. Por eso las manzanas (igual que la leche, fresas, queso de untar, nutella y otros productos parecidos) eran un lujo cada cierto tiempo necesario para nosotros… ya me entendéis.
Sin embargo, como contaba, los servicios en estos países son realmente baratos, al igual que comer fuera. De hecho, los propios locales suelen comer en la calle. No compensa cocinar, casi se diría que es un lujo.
Cuando encontrábamos algún lugar que nos gustaba solíamos ir bastante a menudo, era realmente económico y muy rico. Procurábamos también comer a menudo en casa, porque los niños a veces demandaban comida conocida y porque a la larga nos parecía más saludable para todos..
Otro punto a favor de vivir fuera es que en países como Tailandia puedes contratar a alguien que te ayude con las tareas de la casa (o lo que sea) sin arruinarte.
Imagina, alguien que limpie y cocine por ti y hasta que te haga la compra, nunca más tendrás que hacer ninguna tarea que no quieras.
El cambio de euros o dólares a bahts o rupias indonesias, por ejemplo, es una ganga y a ti te dejará mucho tiempo libre para poderle dedicar al trabajo, a hacer turismo o a estar con tu familia… incluso a aprovechar la sabiduría que te ofrece el lugar y aprender algo nuevo.
A la gente local le estarás haciendo un gran favor introduciendo dinero de fuera. Por muy poco que te parezca que estás pagando, para ellos esto es muy diferente.
El lugar al que quieres ir
Aprovecho para dejarte una herramienta muy útil. Una página web en la que encontrarás información para los que vivimos como nómadas. En ella puedes ver los precios que tienen las cosas en otros países y echar cálculos de cuánto te costaría viajar y vivir en otro lugar.
Se llama nomadlist.com y te ofrece precios de vivienda, comida, hoteles, etc., además, tiene un ranking para saber si esa ciudad es segura, tiene tráfico, vida nocturna…
Échale un buen vistazo y juega con ella, seguro que consigues muchas informaciones nuevas sobre los lugares que querías visitar y descubres nuevos lugares interesantes.
OK, ¿ya está?
Si terminaste de investigar los países de tus sueños y echaste tus primeros números para sabes cuánto dinero te podrías ahorrar viviendo allí, podemos seguir entonces.
Como habrás visto hay países donde puedes vivir con mucho menos dinero del que necesitarías para hacerlo en tu lugar de origen. Aún más si cobras en una moneda fuerte como el dólar, libra o euro, y gastas luego en bahts, rupias o ringgits como fue nuestro caso (también nos ocurrió que cuando fuimos a Singapur se le dio la vuelta y tuvimos que gastar en una divisa fuerte, el dólar de Singapur, a la larga una ruina, claro).
A esto se le llama geoarbitraje, concepto que nos invita a aprovechar las diferencias entre sueldos, precios y valor de las divisas que existen en el mundo: trabajas para clientes que están acostumbrados a pagar precios muy altos y vives en un lugar en el que la mayoría de la gente cobre poco y por lo tanto todo sea barato.
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que las opciones empiezan a llamar a tu puerta y que sí que podrías hacer del mundo tu hogar.
Podrías dejar de pagar un alquiler, o en caso de que tengas una casa en propiedad, alquilarla y vivir de estos ingresos.
También podrías vender tus muebles, coche y demás posesiones que no vas a necesitar y tendrías dinero para al menos un año de viajes.
Si has hecho los deberes y tienes inversiones los dividendos podrían ayudarte a mantenerte a ti y tu familia (si no, deberías plantearte la opción de invertir, pero de esto ya hablaremos en algún momento futuro).
Estarás dándote cuenta de que en otros países se valoran cosas distintas, que tú podrías ofrecer tus servicios (incluso a media jornada gracias al geoarbitraje) y que a mucha gente le parecerían interesantes y te daría para vivir perfectamente.
Que si sales de tu lugar de origen dejas de ser uno más y te conviertes en algo especial (ley de la oferta y la demanda), que vas a aprender un montón, que puedes ahorrarte el dinero de la escuela de tus hijos (ellos ya de por sí van a aprender mucho más viajando que en cualquier escuela), que vas a encontrarte con mucha gente y situaciones (contactos y experiencias), y que es posible que de estos nuevos contactos surjan ideas y proyectos…
¿A que suena interesante?
Pues eso no es todo. En caso de que tengas un negocio en marcha u ofrezcas tus servicios como autónomo a distancia, puedes ahorrarte todos los impuestos (o al menos una buena parte) e incluso posiblemente la contabilidad y burocracia.
Es decir, de repente vas a tener menos gastos y vas a quedarte con una parte mucho mayor de todo el dinero que estás generando y además estarás viviendo a tu aire, como siempre has querido.
La puesta en práctica
Ahora dirás: “pero, ¿cómo funciona eso?, ¿cómo se hace exactamente?, ¿cómo es vivir viajando con mi familia?“
Te lo voy a explicar a partir de tres ejemplos con modelos de familias distintos y si luego tienes algo que decir o siguen quedándote dudas me las puedes apuntar en los comentarios.
Ejemplo 1: Una familia que puede trabajar a distancia. Trabajo autónomo o negocio.
Por supuesto, la situación óptima para vivir viajando es la de una familia que ya estuviera trabajando desde casa, ya sea porque tiene un negocio que funciona sin su presencia física o porque trabaja como autónomo desde casa.
Si este es tu caso, enhorabuena, no necesitarás hacer grandes modificaciones en tu forma de trabajar para poder vivir viajando con tu familia indefinidamente. Dado que sigues teniendo tus ingresos, no tienes ningún tipo de presión y con unos pocos cambios podrás seguir con lo que hacías.
¿Qué es lo que cambia o lo que tienes que tener en cuenta?
Pues muchas cosas, y no solo a nivel de trabajo. Si quieres, puedes hacer como nosotros en su momento: una pequeña prueba de dos o tres meses para preparar la vida nómada de forma podáis vivir cómo es eso de vivir de forma nómada en familia.
A nivel de convivencia tendrás que tener en cuenta que vais a pasar mucho tiempo juntos, que no va a haber mucho espacio y el contacto será mucho más intensivo.
En cuanto a la forma de vida y equipaje, te aconsejo familiarizarte con el minimalismo si no quieres que viajar se convierta en un infierno (si vas en una mega caravana esta parte será menos importante, claro).
Por lo demás, lo más importante son los pasaportes para adultos y niños (revisa que tengan suficiente validez), tener varias tarjetas bancarias de diferentes tipos (visa y mastercard, además de algo de efectivo) y un seguro de salud.
En cuanto al trabajo (que es el punto que más nos interesa para este artículo) es importante tener en cuenta algunos detalles.
Empezaré por lo obvio. Necesitas un portátil (y algún tipo de bolsa protectora), buena conexión a internet, algún sistema de copias de seguridad en la nube (con dropbox o google drive por ejemplo) y tendrás que “pasar” todo lo que necesitas para trabajar a formato digital, de forma que lo tengas siempre contigo.
Por otro lado deberías dejar a una persona (algún familiar quizás) encargada de los papeleos que puedan surgir en el país que dejas.
En principio no es lo más común que tengas que volver a tu país por algún trámite (yo en mi caso no he tenido que hacerlo en los dos años que llevo de vida nómada), pero nunca se sabe. Haber hecho un poder notarial podría resultar útil, aunque también es verdad que en caso de necesidad puedes hacerlo a distancia, en alguna embajada por ejemplo.
Si tienes una sociedad de la que eres administrador deberías nombrar a un nuevo administrador que pueda solucionar cualquier trámite o problema o al menos una persona encargada y con poderes para realizar cualquier tipo de trámite.
En caso de que seas autónomo, lo mejor que puedes hacer es darte de baja y montar una sociedad en el extranjero. Sobre todo esto puedes leer en Librestado.
También te aconsejo potenciar tu negocio online, la parte de la que te puedes ocupar desde cualquier lugar del mundo y pensar en qué manera puede afectar positivamente tus viajes al negocio (nuevas ideas, clientes, socios…).
Puedes viajar de muchas maneras, una forma de clasificarlas consiste en ver cada cuánto tiempo cambias de lugar.
Aunque al principio todo parezca lo mismo, es muy importante que diferencies de alguna manera entre los momentos en los que estáis de vacaciones (sin trabajar) y los que no.
En los momentos en los que vayas a trabajar y vivir viajando, en general la mejor opción es el slow travelling: en lugar de estar cambiando cada semana de lugar intentas pasar al menos un mes o dos en cada lugar al que vas.
Ten en cuenta que cada vez que cambias de sitio tanto tú como el resto de la familia vais a necesitar un tiempo para adaptaros al nuevo sitio, para sentiros seguros en él, conocerlo, conocer a la gente que te rodea y crear algún tipo de rutinas.
Al tiempo de adaptación tienes que añadir además los viajes en sí y la recuperación de estos. Tampoco debes olvidar la recogida en el lugar que dejas atrás y la toma de posesión a la llegada a tu destino. A menudo tendrás que hacer visados y papeleos además de quizás alquilar un coche o motos…
Como ves hay muchos detalles que tener en cuenta, pero nada que no se pueda solucionar con un poco de preparación y poniéndote en marcha. Al final si te pones a pensar en cada detalle va a parecerte más complicado de lo que en realidad es.
Por cierto, en caso de que no estés trabajando actualmente a distancia, pero tu negocio o trabajo se pueda hacer fácilmente desde cualquier lugar: a lo dicho más arriba solo tienes que añadir los puntos de organizarte en casa y delegar.
Como te explicaba en el último artículo sobre conciliar familia con trabajo, organizarse trabajando en casa no es ningún imposible, ni siquiera tiene por qué ser un problema. Es una cuestión de práctica, cuanto antes te pongas con ello mejor.
Aparte de organizarte con el trabajo a distancia, el otro punto esencial es empezar a delegar el trabajo que se tenga que hacer in situ, buscar un encargado de confianza si fuera necesario.
Aunque delegar suponga ganar algo menos y perder algo de control sobre tu negocio, el tiempo y la libertad que recibes a cambio te lo pagará con creces. Es más, incluso puedes dedicar el tiempo que ganas a hacer crecer tu negocio en el mundo online.
Además, ten en cuenta que saliendo de tu país de origen a menudo puedes, no solo gastar menos dinero, como ya hemos visto, sino también multiplicar ese dinero por dos, de forma que ese dinero que pierdes al delegar tareas te dolerá mucho menos.
Suena interesante, ¿verdad? Pues no es ningún truco de magia, te explico cómo funciona en el siguiente inciso.
Inciso: Darte de baja en tu país de origen
El truco del que te hablaba consiste en darte de baja en tu país de forma que no tengas que pagar impuestos ni realizar trámites allí.
[Un apunte: Darte de baja no significa perder tu nacionalidad, tu pasaporte, tus derechos, tus bienes, ni la posibilidad de volver a tu país de origen, significa solo eso, que dejas de estar empadronado y ser residente allí.]
¿Por qué es interesante esto? Muy fácil, porque seguir registrado allí puede salirte muy caro y acortar tu viaje en un 50% (o hacerte trabajar un 50% más).
¿En qué me baso para decir esto? Echa números conmigo:
Si resides con tu negocio en Argentina estarás cobrando un 21% de IVA y un 35% de impuesto sobre la renta. Es decir, si estuvieras recibiendo de tus clientes 3.000 dólares al mes, el IVA supondría 630 dólares, el impuesto sobre la renta 830 y a ti te quedarían 1.540 dólares.
Es verdad que el IVA no te lo cobran a ti directamente, pero es un dinero que tienes que añadir al precio de tu producto o servicio, de modo que indirectamente sí lo pagas, es dinero que el cliente paga por tu solución pero no se queda en tu bolsillo, dinero que residiendo con tu negocio en otro lugar podrías cobrar igual sin dar luego a nadie.
En el caso de México será un 16% de IVA y un 35% de impuesto sobre la renta. Es decir, de los 3.000 dólares cedes al Estado 480 en IVA y 882 en impuesto sobre la renta. Te quedan 1.638 dólares.
Por otro lado, si vives en España el IVA es del 21% y estarás pagando un 37% de impuesto sobre la renta. Por lo tanto, de los 3.000 dólares dejas sobre la mesa 630 en IVA y 877 en IRPF. Te quedan al final 1.493 dólares.
Ahora bien, ni siquiera hemos tenido en cuenta los gastos que se generan de todos los trámites y burocracia que nos obligan a hacer, bien sea que lleves tú la contabilidad o que le pagues a algún asesor o contable.
El asesor te saldrá por unos 100 a 50 dólares mensuales, a los que tienes que sumar el tiempo dedicado a la burocracia por tu parte.
Verlo así pone los pelos de punta, parece que todo el sistema estuviera montado para dificultarte el crecimiento a nivel económico.
Por suerte, todo esto tiene solución, los impuestos se pagan allí donde vives, de forma que si no vives en ningún lugar o eliges bien el país de tu residencia (y el de tu negocio), tampoco pagas impuestos.
Es decir, puedes dejar de trabajar para otros (burócratas, políticos y demás parásitos) y empezar a dedicarte al 100% a ti y tu familia, decidir en todo momento a dónde va tu dinero.
Voy a explicarte brevemente cómo dejar de ser residente fiscal y darte de baja.
Escapar de los impuestos es posible cuando entiendes la regla de los 183 días y das de baja tu residencia fiscal. Esta regla te permite evitar impuestos de forma totalmente legal y vivir sin estar sujeto a las obligaciones que impone tu Estado.
¿En qué consiste la regla de los 183 días?
Hace ya algún tiempo escribí un artículo a fondo sobre cómo dar de baja tu residencia, pero voy a exponer a continuación los puntos clave.
En general, se pagan impuestos allí donde resides la mayor parte del año. Dado que el año tiene 365 días, la mayoría de países te considera residente fiscal si pasas 183 días o más allí.
Si vas a viajar por el mundo, seguramente vivas con visados de turista y no pases en ningún país más de 3 o 4 meses, de forma que lo tendrás fácil para cumplir con esta parte.
El tiempo de estancia no es lo único que debes tener en cuenta, también tendrás que deshacer tus vínculos (económicos y sociales) con el país y dejar de tener una vivienda a disposición.
Es decir, si tenías una vivienda alquilada, debes cancelar el contrato o subalquilarla a alguien. Si tienes alguna vivienda en posesión, deberás alquilarla o venderla para que quede claro que no la tienes a tu disposición. Generalmente también puedes ceder temporalmente la vivienda a algún familiar sin que medie dinero.
En cuanto a los vínculos, esto cambia mucho de país a país, pero dejar al cónyuge o hijos al cargo en el país es siempre problemático (cosa que por otro lado tampoco era el plan, estábamos hablando de viajar en familia, ¿no?).
Trabajar por cuenta ajena y tener todos los ingresos en el país puede ser un problema según el caso.
Por otro lado, tendrás que darte de baja, ya que si no lo haces, aunque en teoría cumplas con los requisitos para no ser considerado residente fiscal, seguirás apuntado como contribuyente.
Aquí existen dos opciones, o bien el país en el que te vivías te permite darte de baja directamente diciendo que vas a dejar de vivir en él, o para conseguir la baja tienes que pasar por un “país puente”.
La primera opción es fácil: vas al ayuntamiento, comisaría u oficina que sea y te das allí de baja. Luego avisas en Hacienda de que te vas del país y vas a dejar de residir allí.
La segunda opción supone que tienes que salir del país en el que te encuentras y darte de alta en otro durante un año. Una vez que tienes el alta en el otro país informas a Hacienda del traslado y te darán de baja como residente y contribuyente. A veces necesitarás un certificado fiscal.
A continuación os dais de baja del país que habéis usado como “puente” hacia la libertad fiscal y ya no estaréis obligados a pagar impuestos en ningún lugar.
Visto aquí puede parecerte un proceso largo y complicado, pero si tienes en cuenta la cantidad de dinero que vais a ganar, seguramente estés conmigo en que habrá merecido la pena.
Estamos hablando de que si ahora mismo disponéis de 3.000 dólares (o euros) mensuales para vosotros, pasaréis a tener 6.000 (y si eran dos mil, pues 4).
Dicho de otra forma: ¡realizar estos trámites te hará ganar 36.000 más al año!
Como te decía, si te interesa todo esto echa un vistazo a mi blog Librestado y al curso de Teoría de las Banderas para Emprendedores y Nómadas Digitales que explica paso a paso cómo internacionalizar tu vida.
Pero ahora volvamos a nuestros ejemplos.
Ejemplo 2: Una familia atada a un lugar fijo por su trabajo pero con ahorros o activos.
En caso de que no puedas llevarte tu trabajo puesto, pero necesitéis un cambio de aires, no tienes por qué seguir esperando. Como te decía, en otros países puedes vivir con la mitad (o menos) de lo que necesitas en tu país de origen.
Si te lo montas bien y tienes algún tipo de activo (inmuebles que pones en alquiler o inversiones en bolsa por ejemplo) incluso puedes volver con más dinero del que saliste y, quién sabe, tal vez decidas no volver nunca.
En caso de que tengas que tirar de ahorros lógicamente no podrás viajar indefinidamente, aunque, como te decía, si te lo montas bien el dinero puede aguantarte mucho más tiempo que en casa gracias a todos los gastos fijos que dejas de tener (coche, casa, escuela, impuestos…).
Según lo que sepas hacer, te guste y/o se te dé bien, podrías ofrecer algún servicio como freelancer, puedes expresar esa faceta artística que tienes oculta y hacerte fotógrafo o escritor, probar como traductor, como profesor… Todo ello podría ser el comienzo de una nueva vida profesional.
De todas formas, yo te aconsejaría pensar en el largo plazo y empezar a crear activos a lo largo de tu viaje, ya sea invirtiendo en un negocio (online), en bolsa, inmuebles o lo que más te guste.
Precisamente esta es una de las bondades de viajar, que puedes abrirte y estar receptivo a nuevas formas de trabajo y oportunidades.
Intenta mantener tu mente despejada para que seas capaz de percibir la cantidad de opciones que pueden presentarse ante ti. Quién sabe si visitando un país, encuentras tu propósito de vida.
Por supuesto, aprovechando la gran cantidad de ideas e impresiones con las que os váis a encontrar podrías poner vuestro propio blog familiar, personal o del tipo que sea en marcha.
Tener un blog es una gran forma de encontrar nuevas oportunidades y por supuesto, como cuento en este vídeo sobre cómo monetizar un blog, también de apoyar vuestro negocio o hacer dinero directamente.
Montarte un pequeño (o gran) negocio online es una idea estupenda para poder vivir con flexibilidad. De esto os hablaré más a fondo en futuros artículos ya que por muy divertido que sea viajar por ahí, trabajar también lo es, al menos si lo haces en libertad.
De momento, vamos a nuestro último ejemplo.
Ejemplo 3: Una familia atada a un lugar fijo por su trabajo sin ahorros ni activos.
Si no tienes ningún tipo de ahorro ni activo y no puedes trabajar a distancia haciendo lo que haces a día de hoy, ni puedes encontrar fácilmente otra actividad que sí puedas realizar a distancia, entonces yo no te aconsejo dejar tu única fuente de ingresos y empezar a viajar.
La única excepción a esto sería que alguien te pudiera prestar el dinero que necesitas para estar un tiempo fuera y que tuvieras claro que a la vuelta pudieras volver a trabajar. Pero incluso en este caso, personalmente no lo haría, no me gustan las deudas.
Lo que sí puedes hacer es ir proyectando. Comienza a ahorrar, busca nuevas fuentes de ingresos, trabajo a distancia o crea una fuente de ingresos adicionales.
Justamente este es el tema de mi próximo artículo, cómo crear una fuente de ingresos adicionales, cómo montar tu propio negocio, cómo encontrar algo que puedas y quieras hacer.
Si estás apuntado a la lista de trabajar en libertad, la semana que viene te llegará un email cuando lo haya publicado, si no, aquí puedes apuntarte.
Hola si dejas propiedades en alquiler .como haces la declaracion de la renta estando de viaje
Haces la declaración como no residente. No necesitas estar físicamente en España para ello.