Elena Ferrer, también conocida como Meisi, es diseñadora gráfica y está especializada en dar a blogs el aspecto más irresistible posible. Probablemente la conozcáis, pero vamos a pedirle que se presente…
Gracias por estar aquí con nosotr@s, Meisi. ¿Podrías presentarte y hablarnos un poco de ti?
Hola Isabel, muchas gracias por pensar en mí. Pues soy una diseñadora gráfica que durante sus primeros 10 años de desarrollo de profesión trabajó de la forma clásica: en agencias de publicidad y estudios de diseño gráfico en Valencia.
A partir de ese momento y coincidiendo con nuestro traslado familiar a un pequeño pueblo del norte de Alicante empecé a trabajar desde casa. Al principio siguiendo la forma tradicional diseñador/cliente y más tarde desarrollando otras formas de relación con el trabajo.
Nada fue premeditado, digamos que me adapté a las circunstancias y ahora mi trabajo es característico de los tiempos que corren, donde la iniciativa personal y particular importa muchísimo.
Trabajas como autónoma y eres madre de cuatro hijos, el pequeño ya tiene 12 años. ¿Nos puedes contar cómo transcurrieron los años de crianza más puros y duros, en relación a tu trabajo?, ¿cómo os organizasteis en casa?
Durante los primeros años de mis dos primeros hijos se criaron de una forma más típica y con el tercero entré en conciencia con la crianza respetuosa. Con los tres estuve trabajando en una agencia en la que trabajaba medio día y me sentía afortunada. Pero mi madre era la que hacía todo el apoyo llevándoles al cole a primera hora y trayéndoles a medio día.
Con el cuarto ya no trabajaba porque la agencia cerró, y aproveché que estábamos a la espera de venirnos aquí a vivir para no trabajar y poder estar con todos en casa. En aquella época, cuando nació el pequeño, los demás tenían 8, 6 y 3 años así que fue lo más adecuado. Con la distancia podría añorar aquellos tiempos, porque eran pequeñitos y preciosos, pero sé que lo he idealizado. Porque en realidad fueron años MUY locos. Por suerte esos dos primeros dos años del pequeño pude no trabajar y no hubo que compatibilizar ambas cosas.
Mi siguiente etapa de trabajo ya fue desde casa y desde luego que lo considero capítulo aparte desde el punto de vista de la crianza. Algo con mucho más sentido.
En su libro “Yo nunca fui a la escuela”, André Stern dice que simplemente haciendo lo que nos apasiona, ofreciéndoselo al mundo, nos surgirán clientes. El surgimiento de tu actual negocio me recuerda a las palabras de Stern. ¿Cómo lo ves tú? ¿Casualidad o quizá sea algo más frecuente de lo que pudiera pensarse?
Pudiera pensar eso en los años que yo empecé a trabajar desde casa porque todo parecía ir encajándose, fueron los primeros tiempos del blogging y yo estaba por ahí ya en mi lugar con un blog, Kireei, que iba como un tiro. Ese punto de partida fue un buen escaparate para lo que construí posteriormente con Meisi.
Pero si empezase ahora, hoy, con la misma falta de objetivos no creo que se cumpliese su frase. La razón es que ahora hay cantidad de negocios cortados por el mismo patrón. En aquellos tiempos, si hacías algo bueno, o diferente sobresalías, era cuestión de poco tiempo que se te viera y por tanto surgieran clientes. Ahora debes llegar con la batería del marketing preparado para que los clientes te vean.
Tienes ya muchos años de experiencia llevando tu propio negocio. Para ti, ¿cuál es la clave para crear un negocio que funcione?
Tener un objetivo. La forma más amateur de tener un negocio es no saber quién eres, quienes son tus clientes, a donde vas, qué ingresos quieres tener. Pensar que un mes te va bien y ya lo tienes. Ir haciendo probando en plan aleatorio a ver qué pasa no significa que vaya a irte mal… porque siempre estás a tiempo de rectificar y centrarte en qué quieres hacer y para quién.
Pero todo ese tiempo de darte contra una pared te lo podías haber ahorrado si empiezas con las ideas claras. Es clave.
Actualmente, ¿en qué estás trabajando?, ¿quieres contarnos algo sobre ello?
¡Por supuesto! Tengo dos marcas, Meisi que se dedica a proporcionar recursos gráficos para emprendedores que aun no pueden invertir mucho en diseño pero que quieren una estética personal desde el principio. Tengo kits y cursos de diseño gráfico para emprendedores y bloggers.
Y luego tengo un estudio de diseño, LaClaire que es para empresas que tienen un presupuesto dedicado a invertir en branding, lo que incluye diseño web. Son servicios de diseño.
Desde el punto de vista de alguien que ha estudiado Bellas Artes, ¿cómo ves en este país el tema de la creatividad en la escuela e incluso en una facultad de Bellas Artes?
La creatividad es un tesoro innato y natural de todos los humanos. Si por alguna razón en la época del colegio resiste y no se va a la porra, eres un superviviente.
En la escuela, con toda su buena intención, la creatividad está dirigida, y eso no tiene sentido. No hablo de la clase de dibujo y plástica. La creatividad se va al carajo si al niño le meten en la cabeza un currículum de conocimientos.
El currículum sale en dos días de la cabeza, pero el método empleado le ha hecho perder la confianza innata en encontrar y aprender lo que el niño necesita en cada momento y que él decide. Perder su creatividad.
En teoría en Bellas Artes eres adulto y eliges ir, lo cual es bueno. Pero yo al menos llegué con creatividad cero, fui porque dibujaba muy bien. Una vez allí se vio la gente técnicamente muy buena corría el riesgo de amanerarse y quedarse en ese punto.
También cabía la posibilidad (que es el verdadero objetivo de un lugar así) de que por fin te dieses cuenta que ser creativo no es dibujar bien y que se abre un nuevo mundo ante ti. Una cosa curiosa era que se apuntaban alumnos mayores, que entraban dibujando fatal pero que eran muy creativos. Entonces no lo entendía y ahora sí, claro.
¿Tu opinión respecto al sistema educativo?
¿Mi opinión? El sistema educativo es inútil. Y para colmo bajo mi punto de vista todos los lavados de cara, apaños disfrazados de escuela moderneta (con la mejor de las intenciones y gente muy dedicada y muy valiosa, ojo) son una tirita. Meter los conocimientos a los niños de base está mal. Y endulzárselo para que se crea que es bonito y guay es un engaño.
Todo parte de un grandísimo error: el niño, el ser humano si no le enseñásemos no aprendería. Hay que conseguir que aprenda, con disimulo. Me recuerda a esa forma de dar de comer a los niños con la cuchara haciendo de avión.
Pues bien, el ser humano quiere aprender si no le coge manía. Y si le coge manía, acaba de todos modos aprendiendo otras cosas. Como la experiencia que hemos tenido todos de mayores de a pesar de haber aborrecido la escuela, interesarnos por algo, buscarnos la vida y acabar sabiendo Con interés y pasión, sin que nadie nos obligue. Lo mismo da que sea algo académico que arreglar una avería. Es igual, todo está en el mismo nivel para mí.
Otro error es usar un sistema que considera de forma bastante arbitraria lo que se debe saber y lo que da igual no saber.
Más: no puedo comprender cómo todo el mundo asume, padres y maestros que lo que un niño suelta en un examen se le va a olvidar. Y muy pronto. Todos lo dan por hecho. ¿Y para eso tiene que darse una paliza absurda a estudiar? es muy probable que esa paliza incluya una disminución muy importante de la autoestima: te comparan, no llegas, no eres suficiente y tu punto de vista no importa, es lo que alguien impuso, no merece la pena pensar. ¿Y al final para qué? Si todos admiten que se va a olvidar. ¿A qué precio se paga esa absurdez? ¿Estamos locos?
Podría seguir. 😉
Tus hijos han podido usar el ordenador tanto como querían: autorregulación en cuanto a todo tipo de pantallas. Esto es algo que según en qué círculos alternativos no está muy bien visto. ¿Qué os llevó a tomar esta decisión y cómo lo veis hoy?
¡Uy! esto ha sido algo muy “controversial” incluso en casa. Con la primera maquinita, la GameBoy que le regalaron a mi hijo Marc con 5 años empezó el tema. Al principio le dejamos que se hartase, pero luego nos dimos cuenta que el videojuego no sigue el mismo patrón que el juego espontáneo y veíamos que nunca iba a parar, estaba enganchado. Rectificamos y pusimos normas.
Hay que tener en cuenta que cuatro hijos con pantallas, unos con Nintendo portátil, otro con otra que va con la tele… era imposible. Era imposible determinar los horarios, los pequeños querían más rato, como los mayores, y cuando no les tocaba, les miraban por encima del hombro a su pantalla o directamente en la tele. ¿Les sacabas del cuarto de la tele? Si se jugaba sábado por la mañana y había que salir se negaban a salir porque lo habían estado esperando.
Fue una pesadilla y lo digo muy seria porque empezamos todos a estar de muy mal humor y los niños estaban esquivos, enfadados, escondiéndose, por supuesto pasándose del límite en cuanto podían… yo trabajando en casa era incapaz de controlar esos horarios tan imposibles de entender. Para sobrevivir pasaba por alto las infracciones, pero su padre quería que fuera más justo y él sí que estaba pasándolo mal.
Un buen día, yo aflojé directamente (mi trabajo me pedía más concentración por aquél entonces) y empecé a pasar de controlar y se ve que mi marido hizo lo mismo. No fue algo consciente, estaríamos más distraídos, quizás. Pero de repente nos paramos y nos dimos cuenta. El ambiente en casa era muuucho más relajado y el humor había cambiado.
Ellos no se sentían culpables y nosotros no los perseguíamos. Nos quedamos con ese plan. Con el tiempo pasando, esta es la situación actual:
La mayor nunca tuvo demasiado interés, aunque jugó. Usa el ordenador a diario y muchas horas porque es diseñadora de personajes e ilustradora de webcomic.
El segundo tiene una gran cultura de videojuegos pero dedica muchísimas más horas a tocar el violín y el piano que son su pasión.
Los más pequeños siguen jugando mucho, pero cuando lo dejan, lo dejan y pueden hacer cualquiera otra cosa.
No me preocupa. Yo soy la primera tecnológica a tope y me encantan las máquinas (aunque no haya jugado). Así que hay paz y ellos están bien.
El haber tenido acceso libre o un acceso regular a las pantallas desde que eran pequeños, ¿crees que les ha traído beneficios/ventajas?
Bueno, no suelo verlo desde esa perspectiva de ventajas/beneficios. Es el signo de los tiempos. Quiera o no ellos vivirán con la tecnología muy a mano.
En casa todas las pantallas están centradas, están en el centro de casa, parece Silicon Valley. Le echan horas pero todos estamos ahí haciendo la vida juntos. Es algo bastante natural. Que creo que es el punto con todo esto. Si lo viven como una cosa limitada (hay límites, en casa hay un limitador de contenidos, lo que pasa es que los mayores ya lo saltan) y prohibida, creo que lo van a vivir con un ansia, que no creo que sea buena idea.
No me gusta pensar que las pantallas tienen beneficios, que les hacen tener una coordinación ojo-no sé qué que les beneficia para no sé cuantos. Me da lo mismo. Se lo han pasado muy bien, nos hemos reído mucho con las cosas de internet, con los videojuegos. Si me pongo en plan académico, vale, el acceso a la Wikipedia es para ellos mucho, pero mucho más atractivo, inmediato y ameno que las enciclopedias. Lo consultan todo el rato.
Lo importante es que haya espíritu crítico sobre todas las cosas, que sepan reírse de todo y relativizar. Pero eso no sale de internet, sale de la familia, de los amigos y la gente que conocen.
Muchas gracias, Meisi, por esta entrevista.
Nos quedamos con lo de la iniciativa personal, con lo de tener objetivos claros, con lo de la creatividad como nuestro tesoro innato…
Y acabamos con una imagen de vuestra casa… un poco a lo Silicon Valley 😉
¿Qué os ha parecido?, ¡¡nos vemos en la zona de los comentarios!!
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Qué sinceridad en cuanto a la vida de una madre trabajadora! Que tire la primera piedra quien no deja a los niños con los aparatos electrónicos mientras hacemos tiempo para nuestras cosas, cómo le dices a un niño no mires tanto la pantalla del computador si nosotros mismos no nos despegamos del laptop o el celular?
Me gusta su cabello gris, ando en las mismas, dejando mi cabello en libertad, un abrazo a las dos.
Gracias por tu comentario, Angélica. Yo también pienso que hoy en día puede ser muy incoherente negarle a un niño una pantalla a la vez que tú la miras… No es un tema fácil.
Y qué bonitos los pelos grises. Esa es mi idea también, cuando lleguen. Un abrazo.