Hola familias. Me alegro de teneros de nuevo aquí, en lo que se ha convertido en un mini curso emprendedor.
Si acabas de llegar a este, te interesará saber que ya hemos hablado de cómo generar ideas de negocio, cómo elegir cuáles son las más adecuadas y cuáles dejar de momento, además de cómo decidir a quién queremos vender lo que ofrecemos.
Tal y como decíamos en el post anterior, antes de intentar vender tu solución, antes de empezar a hacer publicidad, de crear tu web y logo, de decidir tu precio o forma de llegar al cliente, tienes que sentarte y reflexionar sobre la persona a la que quieres ayudar, segmentar el mercado y saber quién es tu cliente.
Esto ya lo hemos hecho, así que hoy vamos a dar el siguiente paso: vamos a empezar a interactuar con nuestro público. Por fin ha llegado el momento en el que vamos a descubrir cómo responde el mundo a nuestros planes (y veremos qué cosas tendremos que cambiar).
Como en el resto del mini curso, el plan es también aquí no alargar los procesos más allá de lo totalmente necesario, evitar todo lo que pueda retrasarnos.
Y quizás te preguntes, entonces: si queremos evitar todo lo que nos pueda retrasar y cuando elegimos nuestra idea de negocio generalmente ya pensamos a quién se lo vamos a ofrecer, ¿por qué fue importante pararnos a segmentar el mercado y reflexionar más a fondo sobre el cliente?
Te lo recuerdo: si empiezas a vender o a montar tu negocio sin haber analizado un poco más a fondo qué otros grupos existen a los que podría interesar tu solución o cómo deberías posicionar lo que vendes (qué ventajas debes potenciar y cómo debes presentarlas), habrás perdido la ocasión de encontrar nuevas oportunidades y de saber cómo debes enfocar la venta.
Esto te va a suponer perder mucho tiempo y dinero, además de dejar pasar la oportunidad de vender más fácilmente a mayor precio.
Así que si todavía no has segmentado el mercado, definido tu público y decidido cómo posicionar tu oferta, por favor, empieza por evitar el primer error grave al montar tu negocio, no te llevará más de un día.
Pero ahora vamos al grano, creemos una estructura de negocio mínima, demos a conocer lo que hacemos y, sobre todo, empecemos a vender lo que ofrecemos.
Esta fase es bastante más larga que las otras, pero también es la más satisfactoria porque ves resultados. Generalmente le dedico entre 6 y 12 meses.
Al final de la misma, si todo ha salido bien te habrá dado tiempo a encontrar los fallos en tu plan inicial y a modificar lo necesario en tu oferta y/o modelo de negocio para tener un negocio y estar vendiendo.
Las herramientas básicas
Hay unas pocas herramientas mínimas que yo siempre uso y que te aconsejo aprovechar también. La creación de estas entra en el plan para el primer mes, es decir, no debería llevarte más de 30 días tenerlas todas.
Te explico cuáles son.
1. Necesitaré una web
En mi caso, todos los negocios que creo requieren un blog o página web. Un negocio online te da la posibilidad de automatizar gran parte de los procesos, además de vivir sin atarte a ningún lugar físico, así que este es el primer paso.
A menudo se dice que la página web se ha convertido en la nueva tarjeta de presentación, sin embargo, para mí es mucho más, es una forma de atraer, convertir y fidelizar clientes, además de permitirte probar nuevos productos y conocer a tu público.
A través de ella ofrezco cursos, vídeos, artículos, recursos, acceso a contenidos de pago… Y, por supuesto, también la uso para presentar mis servicios y productos, y permitir a la gente adquirirlos a través de una página de venta.
De nuevo, ¿por qué una web?
Bueno, el objetivo aquí es ser inteligentes y aprovechar la oportunidad que el internet nos ofrece de crear un sistema de ingresos pasivos (ingresos que se producen sin nuestro trabajo directo).
Con la web vamos a disponer de un medio que por un precio mínimo (unos 5 euros al mes entre dominio y alojamiento más una inversión inicial de unos 50 euros en una plantilla o diseño) nos brinda la posibilidad de comunicarnos, informar, presentarnos y vender las 24 horas del día, los 365 días del año sin estar presentes más que unas pocas veces a la semana.
Creo que no hay que darle muchas vueltas para llegar a la conclusión de que es la mejor inversión que puedes hacer si lo que quieres es trabajar de forma más inteligente y no dejarte atar a horarios ni lugares físicos.
Concretamente, la página web (o el blog) me ayuda con lo siguiente:
- Alcance. No solo te ven los clientes que te conocen, ni los que viven cerca de ti: la web te permite llegar a los PCs y smartphones de personas en cualquier parte del mundo.
- Prestigio y autoridad. Tener un sitio web adecuado a lo que vendes hace que tus clientes te vean como un referente y esto te ayuda a ganarte su confianza. Desde él puedes ofrecer contenido interesante, contestar a sus preguntas y estar presente para que tu público sienta confianza hacia ti y generar relaciones.
- Relación con la audiencia. El blog también ayudar a establecer vínculos con tu público y a conocer sus reacciones ante todo tipo de temas, por supuesto también ante lo que ofreces.
Todo esto forma una parte esencial en mi estrategia.
Necesitaré la relación con la audiencia para que el público me ayude a vender más a través del boca a boca, pero sobre todo para saber si mi solución funciona y adaptarla a la realidad.
Necesitaré establecer autoridad para que la gente confíe en mí, para que pueda darles pruebas que les permitan entender que lo que ofrezco funciona y que no es ningún tipo de timo.
Necesitaré mejorar mi alcance para que mi oferta o mensaje llegue a más gente de la forma más cómoda para todos.
Según el tipo de proyecto del que se trate, la web puede consistir en una simple página de venta, en una web corporativa, en un blog o en una tienda online.
Como me gusta ir rápido, generalmente no le dedico más de dos días a montar la estructura, lo cual incluye además de la instalación de wordpress y el tema (diseño) una página de inicio en la que explico mi oferta e invito al público a algún tipo de acción (apuntarse, seguirme en redes sociales, comprar, comentar o lo que sea).
2. Necesitaré un embudo de conversión
Después de montar la web (con o sin blog) lo siguiente es diseñar el embudo de conversión.
¿Qué es un embudo de conversión? Fácil, es un plan que diseñas para que la gente que llega a tu web se convierta de “simples visitas” a seguidores, a suscriptores, a posibles clientes, a clientes e incluso a clientes habituales y embajadores de tu marca.
¿Por qué lo necesitas? Deja que te cuente una breve historia.
Un buen día monté con unos amigos una tienda online. Tras crear los contenidos básicos y las páginas de venta enlazadas ya con el carrito, métodos de pago y demás, era perfecto (o al menos eso creíamos).
Para probar cómo lo veía el mercado empezamos a pagar por publicidad en Facebook y adwords (publicidad de Google). Llegó bastante gente a la tienda, pero no vendimos nada, varios cientos de euros se fueron a paseo.
¿Qué había pasado?
La conversión más alta, lo más que puedes pedir a una persona que visita por primera vez tu web es que saque su tarjeta y te compre lo que ofreces. Para que esto ocurra tienes que estar vendiendo algo muy especial o la persona que te visita tiene que tener muy claro lo que quiere.
Resulta que en nuestro caso no se dieron estos supuestos.
-Fin de la historia-
Como no siempre podemos contar con que tu oferta sea tan poderosa o tu cliente lo tenga tan claro, en lugar de apostar por la venta al primer contacto puedes crear un embudo de ventas y apostar por otro tipo de conversiones más sencillas.
Por ejemplo, puedes intentar que el usuario de tu web te deje su email o te siga en facebook.
De esta forma ya tienes una forma de llegar a esta persona y comunicarte con ella.
El primer paso suele ser que la gente que accede a tu página web, te deje su correo electrónico, ya que es lo que necesitas para ponerte en contacto con él.
El embudo de conversiones podría quedar como sigue:
- Conversión a visita. En la primera etapa el posible cliente hace una búsqueda en Google o te encuentra a través de cualquiera de tus canales (boca a boca, Facebook, Pinterest, alguna publicación online, publicidad).
- Conversión en suscriptor. La visita te deja su email, para lo cual generalmente usarás un gancho (los ganchos son regalos que ofreces a cambio de una acción, un poco más abajo te lo explico más a fondo).
- Conversión en contacto. También puedes intentar que rellene un formulario con más datos de contacto, quizás su teléfono e incluso la dirección postal.
- Conversión en seguidor. Te sigue (generalmente en silencio) en las redes sociales.
- Conversión en seguidor o lector activo. Hace preguntas, comentarios y comparte publicaciones.
- Conversión en cliente. Hace su primera compra. Para ponérselo fácil puede ser algo muy barato o una gran oferta (que posiblemente apenas te deje beneficio).
- Conversión a cliente VIP. Por fin llega el gran momento, haces una venta que deja buenos beneficios.
- Conversión a cliente recurrente o habitual. En caso de que ofrezcas algún servicio que se pague en cuotas (pago recurrente), lo siguiente sería conseguir que se apunte a algún servicio que se pague de forma recurrente.
- Conversión en embajador de tu marca. Confía plenamente en ti, recomienda lo que ofreces e incluso defiende tu marca si alguien la critica.
3. El embudo de conversión necesitará algún “gancho”
Como te decía en el punto anterior, es muy importante “atrapar” a tu público con contenido interesante para él y ayudarles a convertirse en compradores.
Para ello resulta una estrategia muy efectiva ofrecerles webinarios, ebooks, vídeos, libros, mini cursos y una serie de material que les ayude a confiar en ti como una referencia en tu campo (esto es muy importante, lo que regalas debe estar muy ligado a tu campo).
Como te explicaba antes el gancho es un regalo que das a la persona que visita tu web o redes sociales a cambio de que se apunten a tu newsletter o realicen alguna acción.
En el mejor de los casos el regalo será algo fácilmente escalable y automatizable (lo montas una vez y lo puedes ofrecer todas las que quieras), que no te cueste mucho (generalmente no debería llevarte más de 4 o 6 horas hacerlo) y especializado, que solo interese al público que tú busques (si tu público es un tipo de persona muy concreta, no les ofrezcas vídeos graciosos ni dinero, ofréceles algo que solo pueda interesar a ese tipo de persona).
Ahora, la pregunta que suelen hacerme:
“¿Por qué tengo que darles algo para que se apunten? Si realmente les interesa lo que ofrezco ellos mismos se anotarán mi web y/ o se suscribirán”.
Sí, claro, hay gente que llegará a tu web y dirá, “esto no me lo puedo perder, me interesa un montón y por lo tanto voy a añadirla a mis favoritos”.
Incluso en el improbable caso de que esto ocurra, lo más seguro es que nunca vuelvan. Quizás en unos meses vean el marcador que dejaron y ya ni siquiera se acuerden de lo que era.
Incluso si se apuntan a tu newsletter (algo que ocurrirá en muy pocas ocasiones, sobre todo si lo que tienes es una tienda online o web de servicios), si no reciben rápidamente contenidos por tu parte se olvidarán en seguida de ti.
Sin embargo, si les das una buena razón para apuntarse y luego les ofreces contenidos o lo que sea de alta calidad, estás dando al lector y a ti la posibilidad de conoceros y crear una relación buena para ambos.
Volviendo a la historia que te contaba sobre aquella tienda online que monté con unos amigos. La gente que llegaba a través de la publicidad a la web lo hacía porque tenía algún interés en lo que ofrecía nuestro anuncio, pero luego cuando estaban en la tienda no se decidieron a comprar nada (la mayor parte de gente necesita tiempo antes de decidirse a comprar).
Si les hubiese dado una buena razón para dejar su email (porque les voy a avisar de nuevas ofertas o les voy a regalar un documento en el que explico cómo elegir el casco de bici más adecuado, según el caso), les hubiera podido ayudar mejor a encontrar lo que buscaban, les hubiera dado más tiempo para decidirse, y el final de la historia habría sido totalmente diferente.
4. Los contenidos
Paralelamente a los ganchos que ofrezco para conseguir suscriptores e ir ayudándoles a convertirse en compradores, lo que hago es trabajar también en el contenido de mi página web.
Si tienes un blog puedes subir artículos con cierta periodicidad, vídeos, entrevistas, etc. En este punto intento no perder de vista el SEO, o sea, todo aquello que mejora el posicionamiento y visibilidad en los motores de búsqueda de forma orgánica (los resultados orgánicos son aquellos que Google muestra sin que les pagues por ello).
Hoy en día el SEO ha dado un gran giro. Podríamos resumir todo en que las estrategias de SEO se basan en hacer todo por el usuario, pero asegurándote de que se lo pones fácil a Google para saber que temas trata tu web.
Existen miles de variables por las que un motor de búsqueda podría o no posicionarte, pero hay dos factores muy importantes a tener en cuenta:
La autoridad: que se refiere básicamente a la popularidad y fiabilidad de una web. En la medida que das información valiosa e interesante, los usuarios te tienen más en cuenta y esto se traduce en que tu contenido es útil y por lo tanto, merece la pena posicionarte bien.
La relevancia: que es la relación que tiene tu página con respecto a la búsqueda. Antes tenía que ver con la cantidad de veces que la página en concreto incluía un término, pero hoy en día todo esto ha cambiado y un motor de búsqueda se basa en cientos de factores on-site (el código de la página web, las etiquetas meta, los encabezados, etc.).
Como te digo, todo lo referente a SEO es muy interesante y extenso, pero quédate con estos puntos básicos.
Por supuesto, no voy a crear en los primeros 30 días los contenidos para siempre. Lo que intento hacer generalmente es crear 4 o 5 buenos artículos y después ya voy creando entre 1 a la semana y 2 al mes.
Por supuesto, si puedes delegar parte del trabajo pagando a alguien que te ayude con la creación de contenidos, mejor.
5. Forma de conseguir feedback
Vale, ya tengo una web, un plan sobre lo que ha de ocurrir (el embudo), una forma de facilitar que la gente se apunte a mi newsletter y contenidos que van a servirme para atraer visitas y conseguir credibilidad, pero me falta otra pata imprescindible en mi negocio.
Lo siguiente es dar la posibilidad a la gente de expresarse, darme a mí mismo la posibilidad de entender mejor cómo está funcionando mi estrategia y si lo que ofrezco realmente funciona o no.
Como mínimo activo los comentarios en mi blog, pero si realmente voy en serio, tendré que hacer algo más. En mi experiencia, la mejor forma de conseguir feedback es estar en las redes sociales.
No hace falta que crees tu propio grupo de Facebook desde el primer día (si lo que quieres es conocer a tu cliente, es preferible un grupo que una página en Facebook), es suficiente con que te involucres en grupos ya existentes en los que se encuentre tu público.
También los foros pueden ser una buena opción, depende del sector.
Eso sí, ten en cuenta que las redes sociales (y foros) pueden convertirse en un gran agujero negro que se traga todo tu tiempo. Es importante que limites de forma clara la cantidad de tiempo que le vas a dedicar.
Aparte de estar en las redes sociales y dar la opción de dejar comentarios, siempre creo un formulario de contacto (o un apartado en el que indico cómo se pueden poner en contacto conmigo).
Si vas a vender productos, es interesante que des al cliente la opción de valorar el producto. A cambio de que se tomen el tiempo para hacerlo puedes ofrecerles un descuento en futuras compras o algo parecido.
Ah, otra forma de conseguir feedback que siempre uso consiste en pedirles a los lectores que se apuntan a los contenidos (newsletter o lo que sea) que me cuenten algo sobre ellos o que me expliquen cómo puedo ayudarles mejor.
6. ¿Servicios gratuitos?
El dinero no lo es todo. En ocasiones, sobre todo cuando estás en las primeras fases de tu proyecto, no está de más invertir un poco de tiempo en conocer a tu público directamente.
Para ello según lo que venda, suelo ofrecer la posibilidad de que me pregunten gratis cosas sobre mis productos, servicios o sobre el mercado en general.
En un blog como el de Irabela’s, una mini asesoría gratis o charla para conocerse es también una buena opción.
Por supuesto, también puedes ofrecer webinarios o seminarios físicos gratuitos de no más de una o dos horas, pero asegúrate de que la gente participe con sus preguntas y comentarios.
Esto es una muy buena inversión de tu tiempo porque te ayuda a conocer de primera mano las necesidades que tienen tus clientes, los problemas reales a los que se enfrentan.
Una vez que has hablado con varios de tus posibles clientes puedes hacerte una idea mucho más clara de lo que necesitan y puedes crear una solución mucho más valiosa para ellos.
Quién sabe, es posible que estuvieras ignorando un área de mercado importante, o que te estuvieras distrayendo de las necesidades reales de la gente.
7. El producto o solución
La última herramienta que necesito para conseguir los primeros clientes de mi negocio es algo que puedan comprar.
Generalmente no tengo todavía una solución clara y, sobre todo, aunque pueda tener una idea general de lo que quieren mis clientes, no estoy todavía dispuesto a invertir mucho dinero y/o tiempo en crear un producto. Es demasiado arriesgado.
Con todo, hasta que no empiece a vender no tendré la seguridad que busco sobre si el cliente realmente está dispuesto a comprar lo que ofrezco.
¿Cómo podemos solucionar este dilema?
Para salir de este círculo vicioso existen varias opciones:
- Ofrecer un servicio
- Afiliarse
- La pre-venta
- La estrategia de la co-creación
Deja que te las explique rápidamente.
7.1 Ofrecer un servicio 1 a 1
Los servicios tienen el problema de que generalmente son difícilmente escalables, es decir, no es fácil automatizarlos. Pero también tienen la ventaja de que la preparación previa suele ser mínima, que es lo que buscamos en este momento.
Así, aunque tu idea final sea ofrecer un curso online automatizado sobre cocina, puedes empezar con consultas directas o clases particulares online (o físicas).
De esta forma, en lugar de crear un producto digital y mirar luego si convence a la gente, puedes ver primero si la gente realmente conecta contigo y está dispuesta a pagar por algo que puedas ofrecer desde tu web.
Como te comentaba antes, el contacto directo con el cliente servirá además para conseguir nuevas ideas que te ayudarán a servirle mejor y crear un producto más útil y atractivo.
7.2 Afiliarse
Otra buena opción consiste en buscar productos parecidos a los que a ti te gustaría ofrecer a tu público y asociarte con quien los ofrece, de forma que te cedan una comisión por cada venta.
Hacer esto tiene la ventaja de que además de ahorrarte el tiempo en crear una solución propia, te sirve para conseguir la certeza total de que tus lectores realmente están dispuestos a pagar por un producto digital.
Lo que hago es buscar productos o servicios que solucionen problemas de mis lectores. A veces incluso pueden ser de la competencia, pero en cualquier caso tienen que ser buenos y útiles.
Si no cumplen las expectativas esto pesará sobre mi credibilidad, así que trato de elegir muy bien, y pruebo siempre el producto o servicio antes de recomendarlo.
Una vez que he elegido lo que voy a ofrecer ya solo queda crear una página de venta, hablar del producto a los lectores y seguidores, hacer un buen seguimiento y observar cuánta gente compra.
Si veo que la cosa funciona, puedo plantearme crear un producto parecido pero más enfocado en las necesidades de mis lectores (aprovechando su feedback y el conocimiento que voy teniendo sobre ellos, claro).
7.3 La pre-venta
Si voy a ofrecer un curso digital un libro o cualquier tipo de producto, una buena opción es pre-venderlo. Esto es, pedir a la gente que pague ya, por adelantado, antes de recibir el producto (con algún tipo de descuento o beneficio adicional).
Lo bueno de la pre-venta es que te permite tener ingresos antes incluso de tener tu producto terminado.
Lo malo es que siempre es más difícil vender algo que no existe. La confianza de tus lectores (o su deseo de adquirir la solución) tiene que ser bastante elevada.
Sea como sea, es una gran forma de minimizar tu riesgo y tener liquidez.
7.4 Co-creación
Otra opción para tener algo que vender es la co-creación.
En este caso lo que haces es apoyarte en otros (por ejemplo en los posibles compradores) para diseñar tu producto o servicio.
Personalmente es una estrategia que me gusta mucho, colaborar con quien va a comprarte lo que estás creando puede dar frutos muy interesantes.
Los posibles clientes, fans y seguidores se convierten en creadores del producto o servicio y de esta manera su predisposición a comprar aumenta mucho.
Dado que se han involucrado en su desarrollo, en darle forma, es mucho más probable que acaben comprando.
La co-creación puede ser con tu público, pero también puede hacerse con otros expertos en la materia. Esto te permite añadir más valor a tu solución y nutrirte de sus experiencias y conocimientos, además de tener gente en quien apoyarte para la venta.
Un ejemplo de co-creación podría ser un curso que has creado a partir de las preguntas y problemas de tus suscriptores, y en el que tienes un apartado de entrevistas con otros expertos.
Por un lado tus suscriptores estarán más dispuestos a comprar el producto, ya que encontrarán en él respuesta a muchas de sus dudas, por otro los expertos aportarán más valor al curso y estarán más dispuestos a ayudarte a dar a conocer el curso que has creado con ellos (sobre todo si les cedes una comisión).
Dándome a conocer en el mundo
Una vez que ya tengo las herramientas básicas (tras el primer mes de trabajo), lo siguiente es darme a conocer.
Para esto, no solo tienes la opción de comprar publicidad, hay muchas más formas, formas que además suelen ser mucho más efectivas.
La verdad es que es posible conseguir mucha notoriedad sin invertir ni un solo céntimo.
A continuación te explico algunas estrategias que suelo seguir, si tienes dinero, puede ser buena idea que pagues a alguien para que te ayude, si no, tendrás que hacerlo todo tú mismo.
1. Lo primero que hago es conocer las figuras que destacan en mi sector: blogs importantes, listas de distribución, youtubers, comunidades en Facebook, etc.
2. Una vez que tengo una lista y sé de qué va la cosa, toca comenzar a establecer relaciones con bloggers, influencers y demás. Si a ellos les gusta mi blog o mis productos, será fácil conseguir que lo recomienden a través de sus canales y eso me daría una gran popularidad (quizás incluso dinero).
Como en cualquier relación, ten en cuenta que vale más la calidad que la cantidad y, por supuesto, si no te entiendes, si no conectas con la otra persona, mejor déjalo estar y pasa a la siguiente.
2.1. Para establecer relaciones puedo empezar con correos electrónicos, comentarios en los blogs o a través de las redes sociales. Me presento e intento mantener ese contacto durante un tiempo determinado a ver si de ahí salen relaciones fructíferas.
2.2. Una vez que ya existe una relación o si lo que ofrezco es muy interesante, paso a ofrecer guestposts, o sea, escribir un artículo para el blog de otros. Por supuesto, siempre miro que el lugar en el que se va a publicar mi artículo tenga movimiento, que vaya a aportar nuevos lectores y seguidores.
También estoy siempre abierto a que me entrevisten (por escrito, en vídeo o de la manera que sea).
2.3. Una forma que me gusta usar para empezar o fortalecer la relación con otros bloggers e influencers es entrevistarles o invitarles a escribir algo en mi blog.
Si he elegido bien, además de fortalecer la relación, los contenidos invitados serán interesantes para mis lectores, no habré tenido que invertir mucho tiempo en crearlos y me lo pasaré bien charlando con otra persona.
2.4. Y por último, la mejor baza para empezar una fuerte relación: ofrezco algo gratis.
Si por ejemplo tengo un curso (algo que generalmente no es el caso al principio), un servicio, tengo un contacto o sé algo que podría beneficiar mucho a la otra persona, se lo puedo ofrecer gratis.
No conozco una forma mejor de iniciar una relación, pero según el caso puede ser bastante costosa y siempre hay que tener cuidado para ofrecer lo que sea que vas a ofrecer sin que salten las alarmas en la otra persona (ya sabes, lo que ocurre cuando cualquier persona te dice que te quiere dar algo gratis porque sí).
Lo mejor es explicar a la otra persona por qué quieres ayudarle y lo que esperas a cambio.
Un ejemplo:
A lo mejor conozco un blogger que tiene una web que falla en algo, que no se visualiza bien en los móviles, por ejemplo.
Si fuera un experto en diseño web (cosa que no soy) le podría escribir un email diciéndole que sigo su blog, que soy especialista en diseño web y que me ha llamado la atención que hay algunas cosas que no funcionan como deberían. Que no quiero venderle nada, pero que si le parece bien me gustaría darle una o dos ideas para arreglarlo. Que no va a tener que contratar a nadie y que él mismo podrá arreglarlo.
También podría decirle que bueno (en caso de que no sea algo que se arregla fácilmente), que es una cosa que va a llevar algo más de tiempo solucionar, pero que podríamos hacer un intercambio.
Luego espero a que responda y si me dice que sí, que claro, pues le envío mi consejo y empezamos así la relación.
Si dice que no, pues nada.
Si no dice nada, generalmente le intentaré contactar una o dos veces más por algún otro canal preguntando si le llegó mi mensaje. Si sigue sin responder, lo dejo.
3. Una vez que ya tengo unos cuantos contactos, llega el momento de aprovechar que están ahí.
Quizás he publicado un artículo que pienso que interesará mucho a los lectores de uno de mis contactos.
Por supuesto, cada vez que mis contactos publican algo nuevo (y que me parece que es bueno) hablo sobre ello en mis redes sociales, quizás incluso lo enlazo desde alguno de mis artículos (generalmente ellos devuelven el favor si también mis contenidos son buenos).
Y claro, algún día llega el momento en el que lanzo un nuevo producto o servicio, puede ser un producto que he creado en colaboración con otros o que he diseñado yo mismo.
Ese día pido a todos mis contactos que me ayuden a llegar a toda la gente que sea posible. Que por favor lo compartan en sus redes sociales y de todas las formas que puedan.
Por supuesto, también uso mi propia lista de contactos y redes sociales. Según el caso, incluso puedo invertir unos cuantos dólares en publicidad de Facebook (para llegar a la gente que me está siguiendo).
Ah, y cuando pido ayuda a alguien para dar a conocer mi producto (o lo que sea), intento dar siempre algo a cambio, incluso si ya me debían algún favor.
Es decir, aunque sea una persona a la que ya ayudé en el pasado a vender sus productos, cuando le pido ayuda para dar a conocer los míos le digo que lo haga como afiliada, de forma que se pueda llevar una comisión por cada venta.
Esto hará que se esmere más en ayudarme y que lo haga con más gusto, es más, seguramente así esté incluso dispuesta a enviar un email a sus suscriptores.
En resumen
Como hemos visto hasta ahora, cuando te embarcas en la aventura de emprender tu propio negocio, empiezas haciendo las cosas tú mismo, eres todólogo y tus procesos son muy manuales.
Esto es positivo, puesto que te ayuda a conocer bien al público y sus necesidades, a sumergirte de lleno en tu creación.
Poco a poco comienzas a delegar tareas que pueden hacer otros por ti, hasta que finalmente automatizas todo el proceso y puedes dedicarte a disfrutar de los beneficios y a crear un nuevo proyecto (o solo te encargas de aquello que te gusta o que piensas que tienes que hacer tú).
Ahora, tras haber leído todo esto, es posible que te parezca que esto es muy sencillo, que cualquiera puede hacerlo.
La verdad es que sí, que cualquiera puede hacerlo, pero no, no es sencillo. No es tanto por lo complicado de cada paso, sino porque son muchas las cosas que hay que hacer, y cada paso tiene su truco. Lo que sobre el papel puede parecer muy sencillo, a la hora de ponerlo en práctica no lo es tanto.
Aún así creo que tener esta guía general puede ser un buen comienzo y espero que te ayude.
En los últimos post he compartido contigo mi proceso para la generación de ideas de negocio, así como mi método para ponerlos en marcha.
Peeero. Si creías que eso era todo, te equivocas porque la cosa no se va a quedar ahí, esto se va a poner incluso más interesante.
Como quizás hayas notado, me encanta emprender, es algo que llevo mucho tiempo haciendo y, por supuesto, yo también he estado buscando un sistema sencillo para emprender con éxito.
La verdad es que no creo que exista algo así, un sistema que sigues y te permite crear un negocio que funciona siempre, sin más.
Sin embargo, sí que he creado algo parecido a un sistema que me permite montar negocios con menos riesgo y menos esfuerzo.
Y de esto quiero hablaros en los próximos tres artículos.
De cómo he dado con lo que he bautizado como el sistema de proyectos paralelos, en qué consiste y cómo se puede aplicar.
Al final, este sistema consiste en una metodología que estoy desarrollando con la cual he logrado montar negocios con un riesgo mínimo, optimizando al máximo mi tiempo y recursos.
¿Suena interesante?
Pues ya sabes, no te pierdas mi siguiente entrada. Pronto te contaré en qué consiste este sistema (aquí puedes apuntarte a nuestra newsletter).
¡Hasta dentro de dos semanas!
Hola Adrián, me ha parecido un artículo muy interesante, que además me viene bien para revisar y completar mi próximo negocio.
Estaré atento a los próximas entradas.
Un saludo
Gracias por tu comentario David, ya nos contarás en qué consiste el negocio…