Este es el panorama actual de nuestras vidas, un batiburrillo, por fuera y por dentro respectivamente.
En menos de una semana dejaremos (¡del todo vacía, espero!) la casa donde hemos vivido estos dos últimos años. Queremos quedarnos solamente con nuestras maletas y unas pocas cajas con ropa, libros, juguetes y utensilios básicos de baño o cocina.
Llevo ya más de dos meses deshaciéndome de cosas, pero este tramo final está siendo el más complicado, porque hemos llegado al momento en que tienen que desaparecer aquellos muebles a los que, sin darnos cuenta, estábamos apegados, esas ropas y esos juguetes que guardan, sin ellas saberlo, momentos de nuestra vida que nunca van a volver… (Me dice Adrián que aunque nos quedásemos todas estas cosas aquellos momentos tampoco iban a volver, hmmm mira qué graciosete).
Despedidas
Esta mañana me he tomado un té madrugador (y clandestino) en casa, mientras todos dormían, con una amiga que ha venido a despedirse. Hablábamos de la finitud y fugacidad de la vida y de cómo estos apegos a cartas, fotos, ropas, mil y un recuerdos… no son más que el deseo de que aquellos momentos no se vayan. De ser eternos, ellos y nosotros al fin y al cabo.
No sigo, porque si no dejo ya mismo este post por un paquete de pañuelos.
Lo que me pasa es que estamos abandonando la zona de confort y los miedos y tristezas me aparecen a puñados.
Pero somos responsables de nuestra propia vida. Y me recuerdo a mi misma que si estamos aquí, a punto de dar este salto, es porque tenemos las razones para darlo.
No es el momento para cuestionar lo ya decidido.
Vínculos en la distancia
Pero, por supuesto, no solo hemos creado vínculos con nuestras cosas materiales, también tenemos preciosos vínculos personales en esta zona de Alicante, en la que en total hemos vivido tres años y medio.
Los comienzos aquí no fueron fáciles. Pasar de una urbe como Madrid a vivir en un pueblo de 400 habitantes me traumaba a ratos ;-). Pero superadas estas fases de desconcierto levantino hemos hecho buenas migas; en su mayoría con forasteros como nosotros, por otra parte.
Y ahora toca algo a lo que yo, por otra parte, ya estoy acostumbrada: pensar en seguir en contacto, vía whatsapp, email o vernos en vacaciones. Visitas mutuas llenas de ilusión, recuerdos y nuevas vivencias.
Para mí esto no es un problema, aunque me apene. No lo entiendo como un adiós, sino como un hasta luego. No es un soltar, sino un aflojar. Que es el principio del que partimos también al buscar la libertad en familia.
Lo que me cuesta son los niños, como os comentaba hace unas semanas. Ellos están digiriendo también la situación, a su manera. A veces sacan lágrimas, a veces rabia. Y nosotros sabemos que lo que nos toca es estar atentos, presentes y saber acompañarles, reflejando lo que sienten y siendo transparentes también con lo que sentimos. Pero entre todo el jaleo de últimos preparativos está siendo un poco difícil.
5 días
En 5 días el trasiego de objetos y de despedidas habrá terminado. Y saldremos hacia Madrid, donde pasaremos dos semanas antes de volar hacia Tailandia. Más despedidas, pero de otro tinte, puesto que el lugar en el que habíamos construido nuestros apegos cotidianos era este.
Novedades en el blog
Comentaros por otra parte que ahora que los niños van a estar las 24 horas con nosotros el ritmo de posts en el blog va a disminuir. Publicaremos post todas las semanas, pero ahora alternando el té de las 5 (los lunes) con el post de los jueves.
A cambio de bajar el ritmo tendréis noticias frescas nuestras todas las semanas, a través de los newsletters de los jueves: os contaremos dónde estamos, a dónde nos dirigimos, cómo nos sentimos… con esa libertad geográfica recién estrenada y tan ansiada 😉
Por último quiero recordaros que el lunes pasado tuvimos en El té de las 5 a Laura Mascaró, madre jurista especializada en educación y comunicación. No os lo perdáis porque se explayó, muy amena…
Sin más, me despido, animándoos a que entremos todos en este club de cumplir nuestros sueños, aunque romper las barreras mentales y emocionales nos lleve una buena temporada 😉
Ah, y por cierto…¡¡Os deseo una maravillosa y muy feliz Navidad!!
¡Hasta la semana que viene!
***
Si te ha gustado este artículo, ¡no dejes de compartir y darle a me gusta!
Y recuerda que si quieres seguir sabiendo sobre nuestro viaje iniciático de 6 meses por Asia y recibir nuestras entradas acerca de aprender, trabajar y vivir en libertad puedes suscribirte aquí:
Seguiremos de cerca vuestros movimientos y experiencias. Tus noticias del jueves serán una buena excusa para crear un foro de reflexión gracias a la conexión con esta nueva vida, y espero también un aprendizaje para nosotros.
Y es mi deseo que a través de esta nueva sección, y desde vuestra realidad, podamos muchas personas compartir. A si es que yo intentaré no solo seguirte y leerte, si no, comunicarme con vosotros a través de este medio. ¡Ojalá que no sea la única¡ para que sea algo más rico.
Quizá consigamos seguir practicando el tema de la comunicación activa; y aunque en este soporte es un gran reto; podemos intentarlo, aunque no sea tan fluido como en persona. Y es que a mí me encantaría sentir que cuando algo se comparte, hay respuesta, porque hay alguien al otro lado que lo recibe y lo siente.
A si es que familia; saber que kurukan estará al lado, muy cerquita, acompañando, con presencia, y sintiendo.
Besitos