¿Cómo vamos a vivir viajando si nuestro trabajo está atado a una oficina?
Viajar en pareja sí, claro, al fin del mundo… ¿Pero vamos a poder continuar igual con un bebé?
¿Qué dirá la familia, los amigos? ¿No será peligroso para el niño?
¿Cómo va a desarrollarse nuestro hijo en esas condiciones? ¿Cómo va a estar bien si estamos constantemente cambiando de lugar? ¿Y su aprendizaje?
¿Cómo vamos a poder organizarnos para atender las necesidades del bebé, las nuestras y además poder trabajar?
Todas toditas estas preguntas y muchas más son las que han ido haciéndose y respondiendo con la experiencia Lucía y Rubén, de Algo que recordar.
Por si no los conoces todavía, te los presento:
Lucia y Rubén son publicistas y llevan ya 5 años viviendo en movimiento.
Hace año y medio se añadió un tripulante más a su barco, el pequeño Koke.
Y el barco, por supuesto, continuó navegando.
Sus cortos sobre el Síndrome del eterno viajero han sido virales y no dejan indiferente. Sus fotos tampoco.
Hace mes y poco hicimos una conexión Berlín-Madrid y estuvimos charlando sobre su vida traviajando con bebé. Una charla sincera pero llena de humor que os recomiendo 100%.
Podéis verla en vídeo o leerla.
A continuación os dejo un índice con las preguntas y un índice de los mejores momentos de la entrevista.
Y después tenéis la entrevista completa por escrito.
PREGUNTAS
01’ 14’’: Cómo tomaron la decisión de vivir viajando.
07’ 10’’: De qué diferentes maneras financian su vida viajera.
10’35’’: Cómo organizaron la transición de trabajar en oficina a encontrar trabajo que les permitiera moverse
15’ 50’’: Por qué tenían tan claro que querían seguir viajando cuando Koke naciera.
17’ 45’’: Logística para dar a luz en plena vida nómada.
22’13’’: Lo que más les ha sorprendido de vivir viajando con Koke.
26’ 20’’: Lo más difícil de vivir viajando con un bebé
28’ 49’’: Cómo se organizan el día a día.
31’ 30’’: Cómo es el desarrollo de un bebé que vive en movimiento.
37’ 58’’: Cuáles son sus planes de futuro.
42’ 12’’: Su motivo actual para seguir viajando.
45’ 11’’: Dos anécdotas divertidas de los viajes con Koke
MEJORES MOMENTOS
02’ 08’’: Fue en aquel viaje cuando grabamos El síndrome del eterno viajero I, y al volver al trabajo y empezar a escribir el guión fue cuando realmente nos dimos cuenta que lo que queríamos hacer era eso. En esos meses de escribir el guión decidimos, después de ir a charlas, después de muchas botellas de vino… dejarlo todo.
06’ 07’’: El viaje nos había dado muchísimas cosas buenas: los beneficios terapéuticos del viaje. Todo lo que nos había servido a nosotros como una sanación física y psíquica, porque antes teníamos una vida muy complicada psicológicamente y también problemas de salud, que creemos que son las señales que nos estaba dando nuestro propio cuerpo de que esa vida no era buena.
Y entonces, con todo ese panorama, ¿cómo no vas a querer sumar a tu hijo a algo tan bueno?
10’ 58’’: Lo que piensa todo el mundo un poco es “Ah claro, como vosotros trabajáis en publicidad pues sí podéis hacer cosas”. Pero no, para nosotros en aquel momento era imposible, pensábamos que no íbamos a poder hacer nada con esto mientras viajábamos.
Pero luego descubres que tus habilidades y aptitudes las puedes aplicar.
15’ 00’’: Nosotros ahorramos más ahora, aunque ganamos menos dinero, que antes. Es que es súper curioso como el cambio de vida y el cambio de mentalidad te hace darte cuenta.
Si antes ganabas mucho más dinero, ¿cómo es posible que no ahorraras? Porque sabías que al final de mes, tenias todos los meses X cantidad, te la fundías y fundías y te empezabas a meter en un carro de vida de cosas innecesarias que hacían que te fueras fundiendo el dinero.
Y ahora, sin embargo, conseguimos ahorrar.
16’36’’: Siempre decimos que la culpa que seamos padres la tienen los niños viajeros, porque nos enamoramos de los niños viajeros. Los niños de las familias viajeras nos parecían un encanto.
24’ 47’’: […] estos 20 meses de Koke para mí han sido un tumbar todos esos miedos, porque aunque nos dijéramos a nosotros mismos sí que podíamos, no sabes realmente si tú vas a ser capaz. Tú quieres creer que eres capaz, pero no lo has experimentado todavía en primera persona.
26’ 25’’: Viajar con un niño es súper fácil, una vez que has encajado y has rodado todo es súper fácil. Lo que nos parece más difícil es traviajar con un niño.
Trabajar y viajar y Koke es algo que nos cuesta articular y que todavía a día de hoy seguimos viendo cómo hacer.
35’ 33’’: (de Koke) Es evidente que las palabras que pronuncia tienen mucho que ver con lo que ha vivido. Al principio, cuando él veía un helicóptero y nosotros le decíamos que era un helicóptero, él insistía en que era un avión. Hasta que nos subimos en helicóptero en el Cañón del Colorado: a partir de ese día los helicópteros son helicópteros.
40’ 08’’: Primero fue “vais a tener un niño y dejaréis de viajar,” luego “no se va acordar”. Ahora estamos con el tema de la educación, todavía no tiene dos años, es obligatoria a partir de 6… Qué te vamos a contar a ti…
Aunque educado el niño ya va estando. Lo hacemos lo mejor que podemos y seguiremos preocupándonos por ello, así que estad tranquilos: este niño va a tener educación.
41’ 15’’: Por más que te pongas a buscar, el mirar, inspirarte y ver cómo lo hacen los demás te sirve muchísimo, pero al final tienes que encontrar tu camino. Cuál es la forma que te funciona a ti.
44’ 24’’: El egoísmo está muy malentendido como algo negativo. Hay que ser un poco egoísta también en la vida para ser feliz y vivir tus sueños. Si no todo se convierte en una pesadilla.
46’ 45’’: Qué gran momento me ha dado China. Gracias por regalarme ese momento de ver como a un señor se le salían los dientes de la boca al ver a un bebé extranjero.
ENTREVISTA
Mil gracias por estar aquí, Lucia, Rubén, me alegro mucho de poder hablar en persona con vosotros después de tanto tiempo siguiéndoos y también de estar conectados en las redes y compartiendo…
Lucía: Estamos súper contentos de estar en esta sección de entrevistas, que sabes que somos muy fans.
El placer es mutuo… Comencemos.
01’ 14’’: Tengo entendido que todo comenzó con un viaje de 5 semanas por Camboya y Vietnam. Y de alguna manera se acabo metamorfoseando en la decisión de vivir viajando. ¿Podéis contarme el proceso que os llevo a tomar esta decisión y a cumplirla?
Rubén: Pues mira, ni siquiera llegaron a 5 semanas, fueron 4. Fue en el típico mes de vacaciones de trabajo. En mi caso era la primera vez que tenía un mes entero de vacaciones, normalmente solo llegaba a dos semanas; Luci si que hacia eso de escaparse un mes.
Ese primer viaje juntos fue el primero que yo hice de un mes con ella y de mochilero. Fue un poco una prueba a ver qué tal viajábamos juntos y para ver si yo podía viajar como lo hacía ella. Ella era la aventurera, yo era más el tiquismiquis.
Y nos encantó. Fue en aquel viaje cuando grabamos El síndrome del eterno viajero 1, y al volver al trabajo y empezar a escribir el guión fue cuando realmente nos dimos cuenta que lo que queríamos hacer era eso.
En esos meses de escribir el guión decidimos, después de ir a charlas, después de muchas botellas de vino… dejarlo todo.
Fue por culpa de aquel viaje y por culpa del síndrome el que estemos metidos ahora en este lío. Con niño.
Y ese viaje continuó, con otro después por Asia… ¿Puede ser?
Lucía: Sí, ese fue el que llamamos la vuelta al mundo. Fue un año entero de viaje. Tomamos la decisión de cumplir nuestro sueño, que era como el sueño tradicional o mítico que tenemos todos los viajeros que soñamos con esto: dar la vuelta al mundo
Rubén: Que luego no acabas de dar nunca pero bueno…
Lucía: Luego te das cuenta de que esa frase no tiene mucho sentido en sí misma, pero ese era nuestro plan.
Tomamos ese año sabático, entre comillas, porque no sabíamos lo que pasaría a la vuelta. Volamos a Pekín, el destino más barato que encontramos cuando abrimos el buscador. Dijimos, “venga, de Madrid a lo más barato”: y era Pekín.
En un principio nunca habíamos pensado en ir a China, que luego fue una sorpresa para nosotros, la verdad. Allí empezó el viaje, después fuimos bajando hacia el Sudeste Asiático, donde estuvimos bastante; pasamos por Oceanía, Australia, Nueva Zelanda.
Luego, con una escala en Dubái, ya pasamos a Sudamérica y desde Argentina subimos hasta Ecuador todo por tierra y ahí recibimos la llamada y la mala noticia, a la que todos los viajeros tenemos miedo, que es que te llamen y te digan que alguien de la familia se ha puesto enfermo.
Es curioso, porque lo que no quiere la familia es que te pase nada a tí y tú no quieres que les pase nada a ellos. Y, bueno, nos avisaron de que la abuela de Rubén estaba enferma, de que tenía un cáncer muy avanzado. Entonces decidimos volver por Nueva York a Madrid.
Rubén: El caso es que llevábamos un año, que era la idea inicial, pero habíamos decidido seguir, y se acabó por aquella llamada, justo al cabo de un año. Supongo que estaba escrito que tenía que ser, así que bueno…
Lucía: Y después de eso estuvimos en España, se terminó todo ese proceso de la enfermedad y decidimos que queríamos continuar el viaje. Y nos fuimos a Asia durante 8 meses.
El viaje de vuelta al mundo estuvo muy bien, nos aportó muchos puntos de vista, nos hizo también tener una perspectiva del mundo como algo más pequeño y más accesible para nosotros.
Pero claro, pasas muy por encima; al final estábamos como mucho un mes en cada país y ya nos íbamos. Al final del viaje estábamos muy cansados de tanto cambio, teníamos esa sensación de no haber podido profundizar mucho.
Por eso volvimos a Asia, y esta vez sí elegimos una zona más pequeña, este viaje lo llamamos el “Masala”, porque es la especia que se toma en India y en Sri Lanka, que es donde estuvimos sobre todo.
Estuvimos por la India, Sri Lanka, Maldivas y después ya nos empezamos a volver locos con que éramos nómadas y nos daba todo igual… Y mirábamos, abríamos el buscador y decíamos “a ver donde hay un vuelo barato…”. Pues en Japón. Y nos íbamos a Japón.
El “Masala”, al final, fue una mezcla rara, que es el significado de “masala”. Tailandia también lo metimos por en medio, Taiwán y luego ya volvimos a España y llegó Koke. Y ahí decidimos definitivamente que nosotros queríamos sumar a Koke a esa vida.
El viaje nos había dado muchísimas cosas buenas: los beneficios terapéuticos del viaje. Todo lo que nos había servido a nosotros como una sanación física y psíquica, porque antes teníamos una vida muy complicada psicológicamente y también problemas de salud, que creemos que son las señales que nos estaba dando nuestro propio cuerpo de que esa vida no era buena.
Y entonces, con todo ese panorama, ¿cómo no vas a querer sumar a tu hijo a algo tan bueno?
Allí empezamos a viajar también con Koke, que ahora tiene 20 meses y desde el primer día estuvo viajando, y a los 5 meses ya salió de España.
07’ 10’’. ¿Y cómo os financiáis? ¿De dónde provienen vuestros ingresos? Es algo que mucha gente se pregunta. ¿El blog también es fuente de ingresos o es más vuestra parte creativa o vuestra parte de hobby…?
Rubén: Esta es la eterna pregunta que nos hacen siempre a todos.
Pues yo creo que los viajeros de largo recorrido, de tiempo, tenemos un poco esas dos formas: vivir a través del blog o no.
Nosotros no vivimos a través del blog porque nuestro blog no es SEO, no tenemos ese tipo de artículos que generan muchísimas visitas y por tanto generan ingresos pasivos. Aunque también nos proponen hacer enlaces, etc., pero no nos gusta.
Lo nuestro es más a través de nuestras habilidades, que es la otra forma de mantenernos los viajeros. Así como nos hemos encontrado viajando a cocineros que se ganan la vida cocinando, o profesores de buceo, o músicos, pues nosotros lo que sabemos hacer es contar historias, hacer fotos, escribir y hacer videos.
Así como lo hacemos para nosotros lo hacemos para todo aquel que nos lo pide, previo pago claro. Trabajamos con marcas, sobre todo del mundo del viaje. Aunque no siempre es así, porque como tenemos ese background de publicidad a veces hacemos cosas que tienen que ver con lo que hacíamos antes y que no necesariamente tienen que ver con el viaje. Pero la mayor parte sí que está enfocado más a contenido brandcontent de todo tipo. A nivel de artículos, fotos, videos, todo este tipo de cosas.
Lucía: Somos freelance al final, pero en movimiento. Centrados en el mundo del viaje y básicamente haciendo lo que hacíamos antes, pero con nuestros horarios, nuestra forma de organizarnos etc.
No tenemos todos los huevos puestos en la misma cesta; tenemos otras vías que a día de hoy no son la fuente principal de ingresos, pero es cierto que van aumentando poco a poco y que esperamos, lógicamente, que con el trabajo que vamos haciendo sigan aumentando.
Por ejemplo, el canal de Youtube, cada cierto tiempo da ingresos; somos Getty contributors, vendemos imágenes a través de esa plataforma, que al final son imágenes que están ahí que cada cierto tiempo van dando dinero; hacemos publicaciones de libros, Rubén ha escrito dos novelas de ficción, que están publicadas y que no tienen nada que ver con el mundo del viaje. Luego, aparte, sacamos el libro de tontunas viajeras, que sí que está relacionado más con viajes y que también vendemos. Y luego damos charlas, en foros de viajeros y también en empresas.
Rubén: También, cuando no estamos haciendo nuestros propios viajes, hacemos de guías puntualmente para viajes de aventura, con gente que quiere viajar sin nada preparado y tú vas acompañando.
10’ 35’’: Qué genial, ¿Y el paso de ser freelance estacionados a hacerlo en movimiento os resultó de alguna manera complicado?
Rubén: No, no, no éramos freelance. Trabajábamos en una agencia de publicidad y dejamos el trabajo para irnos a viajar.
Lo que piensa todo el mundo un poco es “Ah claro, como vosotros trabajáis en publicidad pues si podéis hacer cosas”. Pero no, para nosotros en aquel momento era imposible, pensábamos que no íbamos a poder hacer nada con esto.
Pero luego descubres que tus habilidades y aptitudes las puedes aplicar.
Cuando nos fuimos, cuando dejamos todo y nos íbamos a dar la vuelta al mundo un año nos decíamos “¡Ay madre! ¿Qué vamos a hacer? El dinero que tenemos es para el viaje, y a la vuelta ya veremos que hacemos. Buscaremos trabajo de nuevo”.
Esa era la idea porque no pensábamos para nada que podríamos ganar dinero viajando haciendo lo que hacíamos.
Lucía: Fue un proceso, o sea, un viaje dentro de ese viaje: darnos cuenta que lo que sabíamos hacer lo podríamos aplicar y no necesariamente teníamos que estar en un lugar que siempre fuera el mismo y que no necesariamente tenía que haber una nomina que fuera la misma a final de mes.
Tampoco esperar a que alguien viniera y te dijera qué proyectos había sino que podíamos nosotros generar y buscar activamente ese tipo de proyectos, incluso inventarnos cosas y tratar de venderlas después. Ese año fuimos descubriendo qué podíamos hacer y cómo lo podíamos hacer.
Rubén: Al final lo de los demás siempre parece más fácil. Cuando conoces a alguien que es abogado, “tú por qué no haces consultorías online” o “tú, que eres programador, por qué no programas para la gente desde Oceanía”. Lo de lo demás siempre es más fácil.
Lucía: Los sanitarios, por ejemplo: yo siempre que me cruzaba con alguien y me decía, “yo soy médico y ahora estoy trabajando en un proyecto de cooperación en no sé dónde”, yo pensaba: “enfermos hay en todo el mundo, los sanitarios lo tienen tirado”.
Pero no… Es lo que dice Rubén de que lo de los demás te parece tirado y lo tuyo no.
Estamos en la parte del mundo en la que hemos tenido la posibilidad de tener una educación mínima, muchos de ir a la universidad. Pero ya simplemente lo mínimo: sabemos escribir, sabemos leer, tenemos una serie de herramientas que podemos manejar, que resulta que en tres cuartas partes del mundo no tienen.
No todo el mundo ha tenido la posibilidad de ser capaz de organizar un equipo de trabajo. De alguna manera, tú tampoco estas dando valor a lo que tienes. Yo lo pensaba muchas veces…
Ese conductor de tuc-tuc que se levanta y no sabe cada día lo que va a comer, si va a conseguir clientes, ¿cómo sobrevive psicológicamente? Te pones a hablar con él y te dice “tengo tres hijos, el tuk-tuk no es mío, le tengo que pagar 300 rupias antes de empezar el día al hombre al que le alquilo el tuk-tuk”. Y se levanta por la mañana, y se va a buscar trabajo, y lo hace. Tiene una presión psicológica infinitamente más fuerte de la que tenemos nosotros. ¿Cómo es posible que nuestra presión sea mayor?
Y muchos dicen “no voy a poder, no voy a poder”, y en cambio si ese señor, que no ha estudiado, que tiene 10 hijos que mantener, se levanta cada día y consigue el dinero. Nosotros tenemos que ser capaces de conseguirlo, porque lo tenemos más fácil que él.
Rubén: De hecho, en aquel primer viaje largo, a las tres semanas ya nos ofrecieron trabajo en Guangzhou, China, haciendo fotos a hoteles. Luego en Singapur también, en Dubai también. Y también en Paraguay. Durante el viaje salieron oportunidades para quedarnos a trabajar pero no aceptamos porque lo que queríamos era seguir viajando. Aunque sí salieron un par de proyectos estando en Perú… O sea, que al final he ganado dinero con la vuelta al mundo.
Lucía: Nosotros ahorramos más ahora, aunque ganamos menos dinero, que antes. Es que es súper curioso como el cambio de vida y el cambio de mentalidad te hace darte cuenta.
Si antes ganabas mucho más dinero, ¿cómo es posible que no ahorraras? Porque sabías que al final de mes, tenias todos los meses X cantidad, te la fundías y fundías y te empezabas a meter en un carro de vida de cosas innecesarias que hacían que te fueras fundiendo el dinero.
Y ahora, sin embargo, conseguimos ahorrar.
Claro, no tienes gastos fijos… Según qué lugares a veces ni siquiera puedes consumir porque no hay nada…
15’ 50’’: Cambiamos un poco de tema, pasamos al tema de ser mamá y papa. El momento en que lo decidisteis me habéis dicho que teníais claro que queríais continuar viajando…
Rubén: Sí. De hecho, dijimos “si tenemos un niño es porque seguimos viajando”. Teníamos claro que la vida que queríamos era esa, y fue al ver otras familias viajeras por el camino cuando dijimos el típico “se puede”.
Hasta ese momento no queríamos tener hijos, pero fue viéndolo cuando dijimos: “Sí, se puede. Y además estos niños tienen un brillo especial”.
Lucía: Siempre decimos que la culpa que seamos padres la tienen los niños viajeros, porque nos enamoramos de los niños viajeros. Los niños de las familias viajeras nos parecían un encanto.
Rubén: Fue un poco de “queremos uno”.
Lucía: Nos parecían unos niños tan felices, tan libres, con tanto brillo, con tanto conocimiento del mundo, de sí mismos…
Rubén: Que saben escalar, bucear, hablan un montón de idiomas…
Lucía: Capaces de resolver problemas… Era otro tipo de niño al que estábamos acostumbrados hasta ese momento. Niños que no sólo pueden viajar sino que nos dan 100 vueltas a nosotros viajando.
Y estos niños a los que os referís son niños que os fuisteis encontrando cuando estabais en el camino, ¿no? No es que siguierais virtualmente a alguna familia…
Rubén: Es de esto típico que te mezclas con viajeros y te juntas con familias y lo vas viendo. Primero ves a una familia, luego ves a otro y a otra. Y ves que el mundo está lleno de gente tarada con niños por ahí.
17’ 45’’: Y cuando llega el momento del parto, que no puedes volar, no puedes moverte tanto… ¿Cómo organizasteis ese tiempo en torno al parto, elegir donde parir, cuánto tiempo os quedasteis hasta volver a salir…?
Lucía: Pues durante el embarazo sí que estuvimos viajando, por Europa sobre todo.
Rubén: De hecho nos enteramos de que Lucía estaba embaraza en Mauricio.
Lucia: Sí, seguimos viajando, incluso haciendo otras cosas de trabajo por aquí por Europa, embarazada. Y después, ya cuando no podía volar más digamos, hicimos base en Madrid, que es donde está mi familia, la familia de Rubén es Canaria.
Bueno… todo lo que hicimos lo hicimos por ser de alguna manera primerizos. No creo que lo hiciera de la misma forma si lo volviera a hacer. También ahora es fácil decirlo porque ya lo he pasado…
Pero sí, decidimos quedarnos aquí en Madrid, teníamos la idea de estar en uno de los hospitales de Madrid de parto respetado, que era lo que nos apetecía y lo que pensábamos que iba a ser lo mejor. La realidad fue un desastre, no fue una experiencia para nada positiva ni grata. No fue una cesárea, fue un parto natural, pero al final instrumental, con fórceps… Quizá la palabra “hospital de parto respetado” estaba más idealizada en mi cabeza de lo que realmente es, porque igualmente era un hospital.
La valoración final no fue para nada maravillosa. Fue bastante desagradable todo. Yo con la idea de “vamos a quedarnos en Madrid para estar más seguros y estar todo más controlado”, pero no fue así para nada.
El embarazo fue bien, fenomenal, pero el parto fue un poco desastroso. Yo no sé cuál fue el motivo real, si yo no estaba realmente preparada, si tenía mucho miedo, no lo sé. Quizás no tenía confianza suficiente o no estaba tan empoderada, quizá pensé que tenía que dejar mas carga en el equipo médico, ahora pienso que no es así. Lo haría de otra manera está claro, pero lo hicimos así y ya está.
Rubén: Pero, respondiendo a tu pregunta, ella dejó de viajar a los seis o siete meses; yo me fui de guía durante el séptimo y octavo mes.
Y cuando Koke nació, al mes ya estaba cogiendo un avión para ir a Canarias para ver a la abuela y al tío. Poco después fue a Mallorca y a los cinco meses ya estaba yendo a Japón.
Lucía: Hizo un road trip por España también, un poco por aprender cómo íbamos como padres.
Rubén: Desde el mes uno estaba ya en coches, aviones…
Lucía: Si que es verdad que la primera vez que montas las cosas en el coche y ves que has llenado todo el maletero del coche dices: “cómo nos vamos a ir con las mochilas a Japón dentro de dos meses con todo lo que llevamos”.
Pero dos semanas después ya te das cuenta que te sobra la mitad.
Tienes que vivir el proceso de desmaterialización otra vez, incluso en ese año que estuvimos entero de viaje con Koke, en cada destino estábamos viendo que nos sobraban cosas. Por ejemplo, “venga con la bañerita hinchable” cuando no hace falta, en fin…
Tenéis una foto genial vuestra con Koke bañándose en un lavabo… Si es que al final son necesidades creadas.
22’ 13’’: Y vivir viajando con Koke entonces, ¿es como lo esperabais?, ¿qué es lo que más os ha sorprendido?
Rubén: Pues que viajamos más lento, que la gente se nos acerca más, creo que esos son los cambios más grandes.
Él es uno más, al final somos tres. También que paramos o intentamos incluir cosas que a él le puedan gustar más.
Desde que era pequeño le llevamos a ver todo lo que sea relacionado con agua, luces, parques. Antes en la vida nos habíamos parado en un parque, a tirarnos por el tobogán.
Eso es lo más diferente, por lo demás estamos intentando volver a ver el mundo de otra manera a través de sus ojos. O ver como él se alucina con X cosas, como va descubriendo.
El viaje es como cuando vienen los suegros. Los padres de Luci han estado con nosotros cuando fuimos a Sri Lanka, vinieron también a Colombia; mi madre vino a Tailandia, Sudáfrica… Ahora vamos con sus padres a Brasil, con mi madre a Chile… En definitiva se van uniendo cada año a un trozo.
Es un poco lo mismo, vienen los suegros y el viaje cambia un poco, vas viendo como tienen sus miedos al principio, pero cómo luego se van soltando.
A Koke todo le va bien. Para él es todo adaptación pura, desde que nació su vida es el viaje, así que no tiene ningún problema, nos lo ha puesto muy fácil porque desde muy pequeño ha estado así. Ya le hemos contado 102 camas, 34 aviones, lleva más de 15.000 km en coche.
Lucía: Es curioso también ver como él va desarrollándose. Nosotros ya habíamos visto a las familias viajeras, ya no solo físicamente sino a las que sigues por las redes. Y ves que sus hijos están bien, están sanos, no pasa nada.
Pero aún así no sabes realmente si tú vas a ser capaz. Quieres creer que eres capaz pero no lo has experimentado todavía en primera persona.
Por eso estos 20 meses para mí han sido un tumbar todos esos miedos, porque aunque nos dijéramos a nosotros mismos sí que podíamos, no sabes realmente si tú vas a ser capaz. Tú quieres creer que eres capaz, pero no lo has experimentado todavía en primera persona.
Al final el peso social es muy grande…
Rubén: Sobre todo responsabilidad que tienes como padre, y social también. Que te juzguen, que te miren raro…
Lucía: Incluso que tu propia familia, con amor y con cariño, te diga que tiene miedo de que te lleves el niño a Colombia, de le pase algo allí, de que se ponga malo, de que no sepas cómo reaccionar.
Todo esto en estos 20 meses se ha ido tumbando poco a poco. Ves como un niño que en teoría iba a dormir mal porque no duerme cada día en su cama no tiene ningún problema con ello.
Es decir, todo eso que tú tienes en tu cabeza es una contaminación de años y años, de cosas que te han dicho que tenían que ser así. Ves que pueden ser así, pero también que pueden no ser así. Y eso no implica un problema, es un proceso que tenemos que vivir como padres sumado a todo lo que es ya en sí ser padre, que es cuestionarte todo el día.
Rubén: Nos preguntan siempre cómo hacemos con la vida, cómo hacemos con la rutina, cómo no se vuelve loco el niño…
Pero la rutina de Koke es que no hay rutina. Para él la rutina es que nosotros estemos con él todo el rato. Hemos estado con él siempre desde que nació y mientras estemos con él todo está bien.
26’20’’: ¿Qué es lo que os resulta más complicado de viajar con él?
Lucía: Viajar con un niño es súper fácil, una vez que has encajado y has rodado todo es súper fácil. Lo que nos parece más difícil es traviajar con un niño.
Trabajar y viajar y Koke es algo que nos cuesta articular y que todavía a día de hoy seguimos viendo cómo hacer.
Como él está en constante cambio, lo que vale para hoy ya no vale para mañana. Tienes que ir cambiando constantemente, reorganizando otra vez.
Rubén: Cuesta el hecho de parar a hacer una foto, que es la que te han encargado, o un plano para un video con Koke por en medio. Lo complicado es tener un momento para poder hacer esas fotos, esos videos, que es lo que nos da luego para seguir viajando.
Por lo demás, cuando crezca le compraremos una cámara, tendremos una segunda unidad y tendremos más fotos.
Seguro que no tarda, ja,ja, ja.
Lucía: Tendrá más entendimiento de que estamos trabajando; todavía él no lo comprende, o no comprende que nos sentemos en el ordenador en un momento dado. Entonces nos vamos organizando haciendo turnos.
Pero luego realmente hay momentos en los que no podemos hacer turnos porque los dos tenemos que mirar algo y tampoco quieres que él te vea todo el día con el teléfono o con el móvil. Esto es lo que nos está costando un poco más articular.
Rubén: Lo otro, lo de ir para acá, para allá, dónde dormimos donde comemos, eso nada. Eso bien.
Yo creo que también tenéis suerte porque vuestro trabajo es en gran parte práctico, de grabar y de hacer fotos. Creo que en todo lo que es más manual, más de ver y poder hacer, llegará un momento en que se podrán integrar. En cambio todo lo que es trabajar en internet, escribir, es más difícil que participen o siquiera que lo entiendan.
28’ 49’’: Y entonces, ¿tenéis alguna manera especial de organizarlo a pesar de que os cueste, tenéis un ritmo de organización concreto, por ejemplo los martes trabaja uno, otro día el otro…?
Rubén: No, nosotros somos muy caóticos en general, de siempre. Vamos haciendo. Si vamos a hacer fotos aquí pues vamos a hacer fotos aquí. O me escapo yo un momento para hacer fotos, o cuando duerme aprovechamos. Escribimos en el blog durante las noches o cuando todavía está durmiendo por la mañana…
Una vez que salimos del sitio donde estemos durmiendo es todo viaje. Y el viaje es disfrutar de los sitios, de comer, de ir y venir. Y, mientras tanto, hacer fotos y vídeos. Y aprovechar mucho las siestas. Y para escribir a lo mejor sí que hay que pararse un día. Quizá por la mañana se queda uno con el ordenador y por la tarde el otro.
Lucía: Realmente a mi me da muchísima envidia cuando la gente cuenta que lo tiene todo súper reglado, que durante la semana las mañanas las dedica a redes y por las tardes hace no se qué.. Yo me digo que algún día nosotros vamos a conseguir hacer eso, pero no, no hay manera; creo que ya es de asumir que es muy posible que no lo consigamos nunca, porque hemos trabajado así siempre.
La demanda nuestra de trabajo es muy puntual, es un pico de trabajo, un valle, un pico que dura un mes, de repente dos meses que no hay nada… Hay que adaptarse tan rápido que no da tiempo a establecer la rutina.
De momento como solo somos tres lo vamos haciendo así. También por la edad que tiene Koke está bien; no sé si en algún momento, cuando él tenga necesidad no solamente de estar con nosotros sino de tener sus tiempos para él tendremos que cambiar eso para ver cómo organizarnos.
Pero de momento seguimos en el caos, en el mismo de cuando éramos dos, no le podamos echar la culpa a él ahora. Hasta cuando trabajamos en la oficina era el caos… Nunca ha habido mucho orden.
31’ 30’’: ¿Cómo describiríais el desarrollo de Koke en movimiento? ¿Diríais que hay alguna diferencia en cómo se está desarrollando, como está creciendo él ahora en movimiento y como crecería si estuviera en un sitio fijo?
Rubén: Si se pudiera comparar habiendo vivido dos vidas podríamos asegurarlo con toda la certeza del mundo. Nosotros sí que vemos el lado bueno porque todos los padres piensan que hacen lo mejor. Sí creemos, por cómo es, por cómo se comporta, que el viaje le viene de maravilla. Por todo lo que aprende, por lo rápido que aprende.
Lo que voy a decir es feo, pero cuando coincide con un niño más o menos de su edad en un parque vas viendo la diferencia: cómo él está más despierto, más estimulado, como se fija en más cosas… Ha visto más mundo y evidentemente no es lo mismo que esté todos los días del colegio a casa y de casa al colegio, como mucho al parque, a estar un día en el Kruger viendo jirafas, subir a la Torre Eiffel, ir a las Salinas Grandes en Argentina…; con la gente que se encuentra y todo lo que va pasando. Es un niño que está más atento a todo.
Lucía: El viaje lo que supone para el es una tremenda fuente de estimulación, de aprendizaje a todos los niveles. Como dice Rubén, queda como feo decirlo.
Es curioso como apuntamos a los niños a que los estimulen con libritos de texturas y nosotros estamos revisando fotos y de repente ves que en los 5 meses que ha estado fuera ha tocado no sé cuantas especies de árboles diferentes, animales distintos, ha tocado tierra, ha tocado la sal, ha tocado varios océanos distintos, el agua en movimiento, quieta. Todo eso es un libro de texturas a tamaño real con experiencias reales que quedan grabadas a nivel emocional.
Comidas, sabores… Todo lo que ha probado a día de hoy no ha sido solamente la gastronomía mediterránea, sino muchos más sabores; lo que se come en Argentina, en Colombia. Ha probado muchas más frutas, está más abierto a los sabores nuevos. No es un niño que tenga recelo de probar algo nuevo. Él quiere probar, quiere tocar. Pero no sabemos si ahora, imagínate, tiene un 5 en querer probar, si en caso de haberse quedado aquí, habría tenido un tres o habría tenido un cero.
Pero le encanta la gente, no tiene nada de miedo, le gusta mucho cuando viene alguien a acercarse, no le importa la edad de las personas. No le importa que sea un señor muy mayor, un homeless o alguien que está vestido de traje. No le da importancia a la apariencia exterior de alguien. Creemos que también tiene que ver un poco con todo lo que ha visto.
El desarrollo del lenguaje es uno de sus puntos fuertes: ha comenzado a pronunciar palabras muy rápido. De hecho pensábamos que por ser un niño iba a tardar un poco más. Pero es un área en la que se siente cómodo.
Y es evidente que las palabras que pronuncia tienen mucho que ver con lo que ha vivido. Al principio, cuando él veía un helicóptero y nosotros le decíamos que era un helicóptero, él insistía en que era un avión. Hasta que nos subimos en helicóptero en el Cañón del Colorado: a partir de ese día los helicópteros son helicópteros.
¿Cuánto va a tardar un niño normal en pronunciar la palabra helicóptero, que va a aprender en un libro? Cuando volvimos de Sudáfrica recuerdo que ya decía “jirafa” y un día que estábamos en la biblioteca una madre me decía “qué listo, dice jirafa”. Y no es que sea listo, es que está hablando de algo que ha visto.
De alguna manera, cuando tienes esa experiencia real de lo que algo es, para mí es como un motor muy grande a todos los niveles. Para querer saber. Y ahora mismo, a su nivel, es tener una motivación para pronunciar una palabra.
Y seguramente influya también vuestra actitud, ¿verdad? Abierta al mundo… Todo eso es lo que está aprendiendo.
Rubén: Nos pasamos 24h enseñándole cosas todo el rato y claro, como padre estás doblemente interesado en que tu hijo aprenda. Estás todo el rato hablando y contándole.
En cambio, un niño con una vida más habitual, si por ejemplo va a una guardería donde hay 30 niños más, no le van a dedicar el tiempo ni la atención que necesita, por una cuestión de personal. Evidentemente no es lo mismo.
37’ 58’’: ¿Y qué planes de futuro tenéis?
Lucía: Nosotros tenemos este año plan de viaje hasta diciembre. Estamos viajando con uno de nuestros clientes estrella…
Rubén: Psst, Iberia…
Lo había supuesto…
Lucía: Je, je, haciendo material y videos para él hasta diciembre de este año. A partir de ahí tenemos que ver cómo se presenta y planea el año que viene, no lo sabemos muy bien.
Sí que queríamos seguir haciendo viajes, pero viajes un poco más cortos el año que viene. Tener una base, en Madrid seguramente, haciendo viajes más cortos desde aquí. Porque nuestro sueño es comprarnos una camper e irnos a recorrer el mundo con ella.
Queremos hacer un año que viene de más facturación. Un año de llenar arcas un poquito más y hacer un poco más de colchón para comprarnos esa camper y poder salir, con un poco de colchón.
Porque al final todos los contratos que nosotros tenemos nunca son a más de un año, cuando termina el año tenemos que revisar la situación, ver si todo el mundo quiere que sigamos, tener plan B también…
Eso es a lo máximo de lejos a lo que llegamos. Esto es muy volátil. A veces cambia el plan porque surge otra cosa, entonces lo vamos viendo.
39’ 54’’: ¿Pero sí que os imagináis viajeros de aquí a 10 años? ¿O es abierto, ir adaptándoos?
Rubén: Pues no lo sabemos, quizá no viajemos de la misma manera, ya veremos…
Primero fue “vais a tener un niño y dejaréis de viajar,” luego “no se va acordar”. Ahora estamos con el tema de la educación, todavía no tiene dos años, es obligatoria a partir de 6… Qué te vamos a contar a ti…
Aunque educado el niño ya va estando. Lo hacemos lo mejor que podemos y seguiremos preocupándonos por ello, así que estad tranquilos: este niño va a tener educación.
Lucía: Ja, ja, ja. Abuelos del mundo, señoras…
Rubén: Opinólogos varios…
Ja, ja, ja. Vamos, que lo dejáis abierto y confiáis sobretodo en el mundo como escuela, por ahora, pero no sabéis…
Lucía: Estamos investigando este tema y todavía no sabemos cuál va a ser nuestra fórmula ideal, pero tengo que fe en que encontraremos una, porque realmente cada vez que aparecido en el camino algún reto de este tipo hemos encontrado nuestra manera.
Por más que te pongas a buscar, el mirar, inspirarte y ver cómo lo hacen los demás te sirve muchísimo, pero al final tienes que encontrar tu camino. Cuál es la forma que te funciona a ti.
Creo que eso es lo que tenemos que ver, cuál es la fórmula que nos funciona a los tres. Porque hay veces también que tienes un planteamiento y dices “yo lo que quiero es irme y hacer esto” y luego ves que a tu hijo no le funciona eso, por lo que sea. Entonces tienes que reconducir. Pensamos que el viaje va a seguir siendo una parte muy importante de nuestras vidas. Nos gustaría, salvo catástrofe mayor. Pero el plan está todavía muy en el aire.
42’ 12’’: Y vuestro motivo para seguir viajando ahora mismo, lo que más os mueve, ¿cuál es?
Rubén: El egoísmo puro. Esto de viajar es puro egoísmo.
Lucía: Es todo un beneficio personal, interior. Ja, ja, no le hagas caso. Yo creo que el motivo principal que nos mueve ahora es Koke ¿no?
Rubén: Entiendo que todos los que van a ver o leer esta entrevista tienen interés por el viaje. Los beneficios del viaje los tienes siempre, tengas la edad que tengas.
Pero bueno, por no repetir tópicos, queremos seguir teniendo todos esos aprendizajes, todas esas experiencias recorriendo más mundo; y que las tenga Koke, claro.
Pero al final, insisto, es un poco egoísta, porque de alguna manera impedimos a nuestras familias estar cerca nuestro, de Koke, y es algo que perseguimos pensando en que es lo mejor para nosotros, sin pensar tanto en ellos.
Lucía: Pero bueno, se van sumando, vienen los abuelos con nosotros.
Es un poco lo que habéis contado, se transforma, la tribu familiar como que se va haciendo al viaje, ¿no?
Rubén: Sí. Si yo pienso en cómo eran tanto unos como otros, hace 6 años a como son ahora, es que dentro de 6 años los imagino en la Camper de atrás. Yo creo que la cosa va por ahí. A mí me gustaría.
Y en cuanto a lo del egoísmo que dices, yo le veo la parte positiva, porque realmente necesitamos satisfacer nuestras necesidades de crecer.
Rubén: Claro, claro. El egoísmo está muy malentendido como algo negativo. Hay que ser un poco egoísta también en la vida para ser feliz y vivir tus sueños. Si no esto se convierte en una pesadilla.
Hay que ser egoísta para conseguir cosas, para conseguir esa felicidad tienes que buscarla. Es una lucha, es egoísmo, es supervivencia de alguna manera. Ir a por ello es quitar otras cosas y otros intereses a otras personas.
Pero al final también puedes dar en ese camino, ¿no?
Rubén: Claro, por supuesto, lo del famoso lema viajero; para recibir hay que dar porque sino acabas en una cueva, algo perdido sin nadie alrededor.
45’ 11’’: Para acabar: una anécdota de vuestro viaje con Koke. Una anécdota especial, divertida…
Lucía: Bueno, pues cuento la de los dientes, ja, ja, ja. Cuando estuvimos en China, que Koke entonces tenía 6 meses, ya sabes cómo son los chinos… Pues Koke era la atracción de todos, todos se querían hacer fotos con él. Y en muchísimos sitios les parecía alucinante que hubiésemos llevado un bebé tan pequeño a China y que nos estuviéramos metiendo en las cocinas de los sitios…
El caso es que nos montamos un día en el ascensor del edificio en el que vivíamos y un señor muy mayor venía detrás para montarse también. Paramos la puerta y ya de por sí al señor aquello le pareció maravilloso, pero al montarse en el ascensor y ver a Koke abrió tanto la boca de la sorpresa que se le salió la dentadura postiza.
Fue súper gracioso. Yo estaba con Koke metido en la mochila de porteo y vi cómo se le salían los dientes y cómo hacía por meterse de nuevo la dentadura.
Siempre digo que qué gran momento me ha dado China. Gracias por regalarme ese momento de ver como a un señor se le salían los dientes de la boca al ver a un bebé extranjero. Me hizo mucha gracia.
Rubén: A mí me gusta mucho cuando estuvimos en Argentina y Koke cumplió un año allí. Nosotros no habíamos preparado nada porque pensábamos que estando en viaje por qué íbamos a comprarle un castillo, regalos y hacer una fiesta por todo lo alto. Si somos viajeros y lo importante es tal y cual…
No habíamos preparado absolutamente nada, y estábamos quedándonos en casa de unos amigos. Ellos prepararon un cumpleaños por todo lo alto para Koke a nuestras espaldas. Recortaron cosas, hicieron desplegables, todo hecho por ellos orientado hacia el viaje, maletas, aviones colgando, galletas con forma de avioncito… Y fue el mejor cumpleaños que podía tener. Él y nosotros. Yo me quede tan impresionado que hasta escribimos un artículo sobre ello.
Lucía: Fue un regalo de tiempo, tan chulo. Todo el tiempo que invirtieron ellos en hacer todas las maletitas chiquititas envolviendo cajas y tal… Fue genial, la verdad. Gracias a ellos Koke ha tenido un primer cumpleaños guay.
Rubén: Si es por nosotros…
¿Dónde os pueden encontrar los lectores de Irabela’s?
Rubén: Pues mañana vamos a ir a tomar un café cerca de Iglesia… Ahí estaremos ja, ja, ja.
Lucía: En algoquerecordar.com y en todas las redes sociales habidas y por haber (Instagram, Facebook, Twitter…), porque somos pesadísimos…
Rubén: Sí. Estaremos encantados de recibir a los irabelienses en nuestro pequeño mundo.
Pues yo a los lectores les recomiendo que se pasen por el blog y que vean vuestras fotos y vuestros cortos del Síndrome del eterno viajero.
Y os agradezco la inspiración. Y espero que de aquí salgan muchos Kokes ja, ja, ja.
Un abrazo muy grande.
…
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